De pequeño
fui un niño enfermizo. De niño sufrí de asma y otras dolencias que me hicieron
ser además de enfermizo, mimado y consentido.
Pero eso
fue hasta los 13 años, cuando me desarrollé y me convertí en todo un
adolescente pajizo y activo. Nunca más me enfermé de nada, ni de gripe. Y menos mal que hasta ahora ha sido así. Pero no soy una máquina, y en algún momento me tenía que volver a enfermar.
Todavía recuerdo
a mi mamá, dándome cuanto remedio y guarapo había para curarme el asma. También
recuerdo que en la 4ta República iba con ella al Seguro Social (IVSS) para que
me atendieran y me dieran mis medicinas.
Recuerdo que
en las antiguas salas de espera había aire acondicionado, te hacían una
historia, te llamaban por parlantes con tu nombre y apellido, y te daban las
medicinas, en frascos y cajitas con el logo del IVSS en blanco y azul. Nunca vi
ni la bandera de Venezuela ni la cara del presidente de turno.
Los médicos
y enfermeras eran venezolanos que te sonreían y se acordaban de tu nombre cuando
los visitabas. Yo lo recuerdo. Nadie me lo contó. No lo imaginé.
Y así fue
por mucho tiempo. Hasta que a un resentido militar de Barinas se le ocurrió la
grandiosa idea de “liberar” y “despertar” a este oprimido pueblo.
Esta verga
se acabó.
Recientemente
me enfermé con Dengue. ¡Ah, enfermedad pa’ arrecha! Sólo quienes han padecido
de este mal, saben lo que se sufre.
Pero debo
decirles que lo arrecho de mi enfermedad no fueron los dolores en los huesos,
las altas fiebres u otros malestares. ¡Qué va!
Lo peor de
mi Dengue fue el hecho de tener que visitar un CDI y conseguir mis medicinas.
¡QUÉ
REMALDICIÓN!
Atrás
quedaron los tiempos en los que la medicina pública en Venezuela, con todo y
sus defectos y falencias era buena.
Ahora uno
ve mucha propaganda, muchos Médicos Integrales Comunitarios (QUE SON TODOS UNA
MIERDA), mucha “soberanía”, pero los centros de salud son una mierda, atendidos
por cubanos o mamarrachos mal hablados y MAL GRADUADOS. Ya he tenido malas
experiencias con los famosos médicos cubanos, que una vez recetaron mal a mi
pareja, y la intoxicaron con unos antibióticos. Fue peor (y más caro) el
remedio que la enfermedad.
Les cuento
un poco cómo fue mi experiencia de enfermarme en la Venezuela jodida del siglo
XXI:
Estando con
mi malestar del Dengue recurrí, como ya mencioné, al CDI más cercano a mi lugar
de residencia. Ya antes había llevado a una de mis hijas por un dolor de
estómago, y la atención fue rápida y diligente (extrañamente).
Pero esa
misma “suerte” no la tuve yo. Cuando fui muriéndome con Dengue tenía 452.323.669.882
personas por delante. En la recepción del nosocomio había una desdentada que
limpia y cocina en dicho CDI, pero que también funge como recepcionista, y te
recibe con su amplia y hueca sonrisa para indicarte que tienes que esperarte,
que el médico no vino hoy o que se fue la luz, que vengas mañana.
¡MALDICIÓN!
Los consultorios
son un hueco mal iluminado, en donde no hay ni algodón. No hay aire
acondicionado, los techos se están cayendo, llenos de filtraciones y las
puertas y asientos están todos rotos o deteriorados.
Me refirieron
a otros centros médicos del “sistema revolucionario de salud” para hacerme
otros estudios que ellos allí no realizaban por no contar con los insumos
necesarios. Tuve que recurrir a laboratorios privados y pagar por dichos
exámenes, porque si no, aún estaría esperando que me atiendan.
Las enfermeras
son cubanas, que están sentadas pintándose las uñas con sus patas sobre el
escritorio, y si les dices que buscas al doctor tal, te dicen que lo busques tú
o gritan como si estuvieran en una sabana.
Los médicos,
si no son unos cubanos que no te entienden o tú no les entiendes, son unos
recién egresados de las misiones esas que en 3 años “gradúan” a jóvenes,
vendiéndoles una fantasía de que son “doctores”. ¡Qué engaño, para ellos y para
el país!
Y es así como
en mis muchas visitas, una vez mal diagnosticado mi Dengue, conté no menos de 5
“médicos” distintos, de Cuba y Venezuela, cada uno con un criterio y léxico
distinto para mi enfermedad. Unos médicos que se contradecían unos a otros y
que en sus caras noté claramente que no sabían qué decirme o qué recomendarme,
más que tomar acetaminofén.
De hecho,
lo más cumbre del asunto fue el día que, queriendo ser simpático con la “doctora”
cubana que me atendió, le pregunté: “¿Qué cuidados debo tener con el Dengue?”
Y su respuesta
fue: “Oye, chico, tú vives en un país tropical. Deberías saber cómo se trata y
se previene el Dengue. Esa enfermedad aquí en tu país tiene años y no la han
podido erradicar.”
Yo, cosa
rara, me quedé callado. Pero pensando: ¡MALDITA SEAS, MATASANOS CUBANA! La
próxima vez busco en Google y me ahorro la molestia de tener que verte la cara
y oír tu maldito acento de isleño pata en el suelo.
No soy
xenófobo. Pero no soporto que venga un mamawebo de otro país a hablarme mal y a
quererme regañar, o a tratarme como si fuera un retrasado mental. ¡Retrasados
son ellos, que son esclavos de su gobierno comunista!
En fin que,
dicho y hecho.
Terminé buscando
en Google y Wikipedia. Leyendo, documentándome más y mejor. Mi enfermedad ha
sido controlada con reposo y dieta saludable, comiendo sopita de pata de pollo
y otras cosas que curan esta enfermedad.
Y he tenido
que ir un par de veces más a ese maldito CDI.
Pero de
verdad que qué maldición son estos médicos cubanos, este “sistema de salud
revolucionario”, estos mal llamados Médicos Integrales Comunitarios.
Enfermarse en
este país y que te atiendan moderadamente bien de verdad que es una verdadera lotería.
¿Y
conseguir las medicinas? Eso es otra odisea. No hay ni aspirinas en las
farmacias.
De verdad
que enfermarse en Venezuela es un lujo.
¿Cuándo se
irá a curar Venezuela de este socialismo del siglo XXI?
El calvario de enfermarse en este "país". Al menos corriste con la suerte de conseguir las patas de pollo. En mi caso particular tuve una necesidad similar, y la receta del médico fue sopa de pata de pollo. Pero, como siempre hay un pero en todo, terminé curándome solo ya que jamas conseguí las benditas patas...
ResponderEliminarQué barbaridad! Ni las patas de pollo las conseguiste?!?!
ResponderEliminar¡Viva Chávez, nojoda!
Tus maldiciones le restan mucho al contenido y a mi parecer particular no son necesarias a la hora de demostrar algún sentimiento semejante.
ResponderEliminarEs recomendable leerme con un frasco de agua bendita y un escapulario en la mano... porsia!
EliminarActualmente es mas fácil conseguir balas que insulina. ¿Que hacemos con los Diabeticos, los matamos?
ResponderEliminarDeberíamos simplemente dejarlos morir... es más barato.
EliminarConozco a muchos diabéticos que votaron por Chávez y Maduro... ¡que se mueran!