Da-le, da-le, dale a la piña-ta… (♫)
Túmbala pa’l sue-lo, queremos carame-lo…(♫)
Así reza la infaltable canción en toda fiesta infantil en Venezuela… ¿no?
Si estás leyendo esto y tienes hijos pequeños y les has organizado su cumpleaños, o has ido alguna vez a alguna fiesta infantil, te sentirás identificado con algunas cosas que mencionaré a continuación relacionadas con estas falsas “reuniones infantiles”.
No hay mentira más grande sobre la faz de la tierra que la celebración de una fiesta infantil. ¿Por qué? Porque todas las fiestas infantiles terminan siendo gozadas por los adultos o enfermizos padres, amigos chulos, familiares criticones, vecinos lambucios, etc. Y el que menos termina disfrutando de su fiesta, de su música, de sus dulces, de sus pasapalos, de su ropa y de sus regalos es el desdichado e inocente cumpleañero.
A los ridículos padres nos entra (como ven, me incluyo porque también sufrí de esto) este virus de querer celebrar “el primer añito de mi lindura”, (no olvidemos que por más feo que sea el carajito, todo hijo es bello para sus padres). Así que planificamos cómo será “el primer año POR TODO LO ALTO de [Francisquito Antonio Gutiérrez López]” y empezamos a cometer una serie de idioteces que sí, deberían quedar grabadas para la posteridad, pero por lo ilógicas que son. En toda fiesta infantil ridícula que se respete, y me atrevo a asegurar que son el 95% de los casos en Venezuela, pasan cosas más o menos como éstas: