De los títulos académicos y otros mojones mentales de la gente

Es indudable que un título universitario es un logro que llena de orgullo a toda persona que lo obtiene (y a sus familiares y allegados), pues “en teoría” este se obtuvo con esfuerzo, sudor y sacrificio. Y digo “en teoría” así, entre comillas, porque todos sabemos que hay mucha gente (más de la que creemos, para ser sinceros) que posee títulos universitarios que parece que fueron sacados de una cajita de Ariel (como decía aquella vieja cuña televisiva), comprados en universidades de dudosa reputación, obtenidos a fuerza de “operación colchón” o de pago de favores de cualquier índole imaginable.

No sólo hay mucha gente en la vida “que parece” que se ganaron el título universitario en una rifa, sino que lo han conseguido así. Siempre que haya compradores, habrá vendedores. Y esto aplica para la corrupción, las drogas y los negocios en general. Es así.

¿Nunca se han topado en sus lugares de trabajo con alguien que llega con aquellas ínfulas de grandote, de importante de la “Verga de Triana” y cuando averiguamos un poquito mas y tratamos con esa persona, nos damos cuenta que tiene cero (0) en Cultura General, Historia, Geografía, Matemática Elemental, Lenguaje y Castellano Básico; y hasta Informática Básica? Yo sí, y mucho!

Te invito a ti que me estás leyendo, que veas a tu alrededor y te tomes 5 minuticos para analizar lo que hasta ahora has leído de post. Observa, escucha, y date cuenta que al alcance de tu codo de seguro tienes especímenes así.

Me refiero a esta gente que porque tiene en la sala de la casa de sus padres o en su propia oficina un cartoncito colgando (con un marco de los baratos) que dice que son LICENCIADOS, INGENIEROS, ABOGADOS, MÉDICOS, ARQUITECTOS, etc., ya se creen que están en el Japón feudal del siglo XV y que son un Samurái de alto rango al cual todo el mundo debía postrársele, con la cara al suelo, tembloroso y asustadizo, con pánico inclusive de tocar la sombra de este, so pena de ser decapitado de manera inmediata e irremediable.

Incluso he tratado con gente que llega al colmo de celebrar más su graduación que la culminación de dicho logro en sí, porque ahora su firma ya no dirá José de los Palotes a secas, sino Licenciado José de Los Palotes. Bravo por ti, José, que le echaste un camión de bolas, tus padres se jodieron y te ayudaron a obtener un bendito título… Pero, Joseíto, eso te da derecho a exigir que todo el mundo te llame “Licenciado”? Eso te da poder de tratar a la gente como se te da la regalada gana? Ese título te hace crecer unos centímetros más, que ahora quieres ver a todo el mundo por encima del hombro?

Por otro lado, están los creídos que se llenan la boca haciéndose llamar “DOCTORES” (hasta con Post Grados y Maestría), pero son los mismos que no saben ni formatear un pen drive. Son esos que espontáneamente los oímos decir: Estábanos, ibanos, hubieron, fuéranos… y ni qué decir de su paupérrima manera de hablar por teléfono, en público o al transmitir alguna directriz hacia sus subordinados o superiores.

Esta situación no es de ninguna manera exclusiva de personas con determinada inclinación política, religión, raza o ubicación geográfica, pues como lo he mencionado en post anteriores, he conocido profesionales de aquí de Macondo que hablan mejor que cualquier “Doctorísimo” de Caracas, y viceversa: He conocido gente “sencilla” de la capital mejor preparada, más talentosa y con más méritos que cualquier “catedrático” del interior de la república.

En lo particular, he visto tanta bazofia humana en lo que respecta a esto de los títulos universitarios y el mojón mental de algunas personas, que les puedo decir que me importa NADA el grado académico de las personas cuando las conozco y me relaciono con ellas.

Cuanto taxista, vendedor de empanadas, vendedor de perros calientes y hasta mecánicos he conocido con sendos títulos universitarios, pero que no necesitan llenarse la boca diciendo: Yo soy el abogado Perencejo, porque su humildad los precede! Y cuanto “profesional” mediocre he conocido que no se merece lo que gana, ni los privilegios de los que disfruta, ni los beneficios que obtiene, sino que por esas cuestiones de las injusticias de la vida-azar-jalabolismo-circunstancias, etc., ocupa un puesto dentro de una empresa que sencillamente un profesional verdaderamente preparado debería ocupar!

Me da risa ver que hoy en día todavía existan padres que les exijan estudiar a sus hijos por conseguir “un cartón” para complacerlos a ellos, para que sean “el orgullo” de la familia o del apellido. Nada más frustrante que eso: Obligar a alguien a estudiar Derecho (por nombrar X carrera) porque su papá, su abuelo, su bisabuelo y su tátara abuelo fueron “prominentes” abogados de la nación y hay que seguir con “la tradición”. #Fuck

Provengo de una familia materna en la que el ser “El Ingeniero Fulano” o “El Doctor Mengano” ha sido desde tiempos inmemoriales una marca de verdadero “Pedigree”. Los “Sangre Pura” y tal, y eso sin contar el tema del racismo, (que ya he mencionado en escritos anteriores). Ese “Pedigree” o “Estatus” es una condición especial que SÓLO te permite codearte, relacionarte y emparentarte con personas de igual condición. Aquí se les fue la mano con eso de querer “mejorar la raza” a lo Hitler y tal.

Basura, señores! PURA BASURA!

Nadie es más por tener un título X. Yo, humildemente TSU en Informática, puedo decir que sé muchas más cosas que muchos Ingenieros de Sistemas (y profesionales en otras áreas) que he visto por allí.

Y ahora que nombro mi título profesional, no debemos olvidar que esto pasa en todos los niveles jerárquicos de la cadena alimentaria profesional: Los Magísteres y Post Grados se creen Dios, los Ingenieros se creen más que los Licenciados, Los Licenciados ven por encima del hombro a los TSU, los TSU se burlan de los Técnicos Medios y los Bachilleres… y a los pobres Bachilleres les toca duro. (No les queda de otra que prepararse, pero no para demostrarle nada a los demás, sino porque es necesaria su preparación profesional).

No estoy en contra de estudiar y prepararse. Al contrario! Soy el primer promotor de eso en mis hijos! De que se preparen más y más cada vez, pero con una gran diferencia que marca una brecha generacional en mi familia: ESTUDIEN LO QUE QUIERAN, pero que en eso que quieran, sean los mejores! No se dejen imponer mis gustos ni los de nadie! Decidan por Uds. mismos y cuenten siempre con mi incondicional apoyo! Ah, y muy importante: Tener un título colgado en alguna pared de la casa, sí, me llenará de mucho orgullo como padre, pero no los hará mejores personas, para eso tendrán que vivir, conocerse a sí mismos, equivocarse, rectificar, respetar al planeta y a los demás…

Si todos los padres empezaran a actuar así con sus hijos, tendríamos cada vez mejores ciudadanos, una mejor sociedad y en definitiva, un mejor país.

#NoAlMojónMental