“Macondo era entonces una
aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de
aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y
enormes como huevos prehistóricos…” Fragmento de “100 años de soledad”.
Hace un año ya que vivo en esta ciudad. ¡Qué rápido pasa el tiempo! (Pueden
leer mi post de cuando recién me mudé para acá: Vivir en Guayana). Y me siento ya en deuda con las personas que
constantemente, por este blog y en mis redes sociales, leen mis múltiples
menciones a la ciudad imaginaria del célebre Gabriel García Márquez. Si me
sigues en cualquiera de ellas o ya me has leído antes, muy probablemente te
hayas encontrado con cosas tales como:
El #MacondoStyle, cuando
veo cosas que sólo se ven en esta ciudad.
Los #MacondoSexyTips,
cuando hablo de sexo pero al cochambroso estilo de la gente de aquí.
Los #MacondoNeighborhoods, cuando menciono
algunos de los pintorescos nombres de los barrios de esta zona del país.
El #MacondoFashionStyle,
cuando me refiero a la particular manera de vestirse de la gente de por estos
lares.
El #MacondoSpeech, cuando
trato de traducir la particular manera de hablar de la gente de aquí.
El #MacondoEnglishCourse,
cuando les comento lo divertido que puede resultar estudiar inglés con un
guayanés.
El #MacondoJobs, cuando
hablo de la ocurrente manera que tienen para trabajar los oriundos de esta zona
del país.
El #MacondoPets, cuando
veo a la particular fauna que se ve por estas regiones (alimañas de 2 y 4
patas).
El #MacondoOfficePartners,
cuando narro la extraña experiencia de tener compañeros de trabajo con este gentilicio.
El #MacondoCyberCafé,
cuando les comparto las inverosímiles anécdotas que me suceden cuando visito
algún Cyber Café de aquí.
El #MacondoChilds, cuando
describo a los niños de aquí y sus inocentes ocurrencias, típicas también de
aquí.
Las #MacondoNews, cuando muestro
la particular manera de redactar los titulares o las noticias de los periódicos
de aquí (con todo y errores burrográficos).
Y en fin, cualquier hashtag con la palabra Macondo inserta que a Uds. se les pueda ocurrir. Todos ellos ocurrencias
mías en referencia a lo diferente que es el mundo por aquí. Por supuesto que
diferente para los que no somos de aquí, no crecimos aquí y notamos el
contraste.
Creo que soy un antropólogo-sociólogo frustrado, y estando en esta
ciudad dreno esa falencia académica mía, analizando todas y cada una de las
cosas inverosímiles, bizarras, graciosas, dolorosas, tristes, autóctonas,
espeluznantes, mortificantes o maravillosas con las que te puedes encontrar en
cualquier sitio de aquí, en cualquier tienda, restaurante, calle, banco o acera
de la ciudad. ¡De verdad que es impresionante lo #UniversoParalelo que vivir aquí les puede parecer!
Muchas veces me han preguntado cosas tales como: ¿Qué significa
Macondo? ¿Dónde queda? ¿Por qué Macondo? ¿Si tan malo es Macondo, por qué no te
vas? Etc., etc., etc.
Y aquí tienen sus
respuestas:
Primero que nada debo recomendarle a los “no asiduos a la lectura”: ¡LEAN! ¡No es posible que siendo
latinoamericanos no hayan leído la obra maestra, Premio Nobel de Literatura de
1982: 100 años de soledad! ¡Después
de leída, me entenderán! Verán que no miento al comparar a esta ciudad (Ciudad
Bolívar), a esta zona del país (Guayana) o a nuestro país (Venezuela) con esa
mítica ciudad de fantasía, tan olvidada por las leyes y el gobierno, tan lejos,
tan resistente a la modernidad, tan perdida, tan diferente a todas, de
costumbres tan propias y arraigadas.
Debo informarle a los que no saben dónde queda: Que Macondo queda en
Oriente, u Occidente, en Caracas, o en el Sur, en la Península o incluso fuera
de nuestras fronteras (o en todo aquel lugar olvidado por el mundo), porque aunque
inicialmente yo le hacía referencia a la ciudad en la que ahora habito (Ciudad
Bolívar), me he encontrado con que mucha gente de otras zonas del país asocia
ya sus “particulares modismos regionales” con MI Macondo. (Gente de Coro,
Cumaná, Puerto la Cruz, Barquisimeto, San Cristóbal, Valle de la Pascua, por
nombrar tan sólo unas cuantas, muchas veces ya se refieren a sus ciudades
también como “su” Macondo). Y cuando digo MI, no crean que hago gala de un
regionalismo hipócrita o exacerbado, ¡No! Lo digo tan sólo porque es MI
creación intelectual, aunque debo agradecerle a una vieja amiga (macondina, por
cierto) que por Facebook vivía quejándose y comentando cosas similares a las
mías hasta que un día coincidimos en que en verdad esta ciudad es (mal)tratada
por sus gobernantes y habitantes como el Macondo original (y me atrevo a decir
que hasta peor); y de allí nació el Macondo
Guayanés al que tanto hago referencia. O sea, que sus habitantes TIENEN LA
CIUDAD QUE SE MERECEN.
Incluso por Twitter he hablado con mexicanos, colombianos,
ecuatorianos y argentinos que sienten
que donde viven también es un pequeño Macondo. Una sucursal.
Y debo aclararle a los que me invitan A IRME DE AQUÍ que no deben
sentirse ofendidos por las cosas que digo de “su” ciudad. Como dije unas líneas
más atrás: ¡TIENEN LA CIUDAD QUE SE
MERECEN! No es a mí a quien deben quejarse, o invitarme a abandonarla. Es
SU ACTITUD, SU DESIDIA, SU MAL MANEJO POLÍTICO-LEGISLATIVO, SU MAL SERVICIO, SU
APATÍA A LAS IMPRESIONANTES BELLEZAS NATURALES DE AQUÍ O SU INDIFERENCIA AL
TURISMO Y LUGARES HISTÓRICOS la que deberían cambiar.
Con todas las dificultades propias de las ciudades alejadas de la
“capital”, hay ciudades del interior de este país en las que todavía se puede
vivir MEJOR QUE EN CARACAS, y yo soy un pleno convencido de que Macondo City (o Ciudad Bolívar, para
los falsos dolidos macondinos) es una de ellas. Yo no me quejo de Macondo, pues
como toda ciudad, tiene sus cosas muy buenas y sus cosas muy malas, SÓLO DIGO LAS VERDADES QUE UDS. NO SON
CAPACES DE DECIR y les molesta que otros se las digan, así de sencillo
(porque también sé que no son tan ciegos como para no darse cuenta).
De ninguna manera mi intención es ser despectivo, peyorativo,
denigrante o insultante. ¡EL QUE SE PICA
ES PORQUE AJÍ COME! Y si te molesta que te digan macondino o le digan
Macondo a la ciudad que te vio nacer, entonces pregúntate: ¿Qué estás haciendo TÚ para que ella sea diferente Y CADA VEZ MEJOR?
(En vez de preocuparte u ofenderte por mis insignificantes comentarios que sólo
persiguen hacernos reír de una terrible y contundente realidad).
Y es que Venezuela ya es
toda un gran Macondo. ¿Será que veremos desaparecer nuestras ciudades, nuestro
país como el ciclón que arrasó con el pueblo y con la casa de los Buendía ante nuestros
desinteresados ojos y nuestros cruzados brazos?
¡Los invito a todos a hacer turismo en Venezuela, VENGAN A VISITAR MACONDO y regálense un
fin de semana, unos días de relax, pero con humor garantizado! Y me avisan
cuando vengan, claro está, para servirles de guía, pues ya estoy en la
capacidad de serlo (nunca cae mal un dinerito extra). #MacondoTigerKill. Y luego digan si yo miento.
Solo aquel que haya conocido y disfrutado de la vida de la familia Buendía, la evolución y desidia de Macondo, sabe a qué te refieres, un libro maravillo, llena de fantasía, fantasía tan parecida a la realidad de muchos de pueblos y ciudades hoy en día, incluso de nuestro país...
ResponderEliminarExcelente! siempre superandote!
Muy bueno, como siempre. Es cierto lo que dices. Todos somos Macondinos, en menor o mayor medida. Buen tema para una tertulia... :)
ResponderEliminarGracias, compañeras macondinas, por comentar!
ResponderEliminarjejejeje
saludos!
Pedazo de artículo!, me hace añorar la "época dorada" de los blogs, antes de que Twitter irrumpiera para alejarnos de esta clase de articulos. El artículo es tan TU, tan Macondo...
ResponderEliminarDeja de escribir cosas así que me provoca desempolvar mi blog jajaja
Gilberto, esperemos que los blogs NUNCA MUERAN! jajajaja
ResponderEliminarGracias por tu comentario!
Saludos!
jajajajajajajaja insisto no has venido a coro!!!!!!
ResponderEliminarTengo que ir! jejejejejej
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