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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Esa secta que llaman Herbalife (2da parte)

¡Continuamos con esta larga trilogía de LA SECTA HERBALIFE!

La encuesta que decidí hacer para conocer la opinión de Uds. decía así:

¿Por qué NO te gusta Herbalife?

Las respuestas fueron:

Porque sus vendedores son muy fastidiosos, 47%; Señores, ¡ESTAMOS TOTALMENTE DE ACUERDO! No hay nada más ladilla que un vendedor que te acosa, te persigue, te llama, te hostiga y hasta cagando te envía SMS, pin, tweets, mails o lo que sea para que le compres. Yo detesto eso y no en vano esta fue la opción más votada. Pero, ¿Saben algo? Esto es cuestión de estilo. No todos los que distribuyen Herbalife son así (¿o acaso yo los he ladillado alguna vez para venderles algo?).  Conozco gente muy profesional dentro de esta compañía, que serían la envidia de cualquier ejecutivo de otra empresa reconocida. Lamentablemente, como todo, hay gente que la caga en su manera desesperada por vender y caen en este error. Creo que todos, como yo, se han topado con un “vendedor” ladilla. ¿Saben por qué uso las comillas? Porque una cosa es ser vendedor y otra muy distinta ser Distribuidor Independiente. La filosofía que yo conocí en los 90 de Herbalife era VENDER como un hijo de puta portugués dueño de panadería sin importar cómo, cuándo y a quién. Hoy en día las cosas han cambiado del cielo a la tierra y el enfoque de la empresa (les digo esto con TOTAL conocimiento de causa) es que los Distribuidores hagan llegar los productos al mercado, de una manera cordial, amena, sin acoso alguno. Pero la mala fama queda, y todavía hay por allí unos cuantos (muchos) loquitos de carretera. Es así.

Porque sus productos son muy caros, 28%; Ahora que estoy tomando Herbalife, me he dado cuenta del enfoque errado que solemos darle a este tema. No es que un Pent House sea caro para ti o para mí, es que sencillamente en este momento NO LO PODEMOS ADQUIRIR. Porque, si tuviéramos el dinero para ese Pent House, lo compraríamos sin dudarlo, ¿verdad? El mismo principio aplica para TODO en la vida. En la vida TODO tiene un valor. Alto o menos alto; bajo o menos bajo, como lo quieran ver. Pero una cosa es el valor y otra muy distinta su precio. Es entonces aquí que debes preguntarte: Estos productos, ¿tienen valor para ti? ¿Te interesaste en tomarlos por alguna razón y en oír al “vendedor”, pero cuando te dijo su valor, pelaste los ojos? Entonces eso significa que alguna molestia tienes: Bien sea exceso de peso, falta de energía, gastritis, acidez o qué se yo, y sabes que necesitas mejorar eso. Por eso escuchaste al bendito “vendedor”. Pero cuando te dijo que el programa para perder de 5 a 10 kilos en un mes cuesta un melón, un palo, o sea, 1000 Bs de los fuertes, allí sí dices que “es muy caro”, que puedes rebajar dejando de comer grasas y harinas y saliendo a caminar al parque de la esquina en donde caminan los viejitos de tu edificio. Pero ni dejas de comer las grasas ni las harinas, ni sales a caminar con los viejitos. Sigues con tu malestar y la culpa es de Herbalife, porque “es muy caro”. ¿No? También podrías decirme: No Roosevelt, ¡estás equivocado! Es la situación del país la que no me deja comprar los productos, pues tengo deudas que pagar, el condominio, el giro del carro, el colegio de los chamos, la plata para salir con “el culo” el fin de semana, etc., etc., etc. Entonces el problema NUEVAMENTE no es que sean caros, es que tú tienes otras prioridades, NO MENOS IMPORTANTES, eso sí. O hasta el problema precisamente sea el orden de tus prioridades: Las deudas, el estilo de vida que tienes, etc., etc., etc. por encima de tu salud (¡porque eso de verse bien es pura mierda! Vale más estar saludable que verse bien buenote, en honor a la verdad). El tema de la “estética” ya es harina de otro costal, que con gusto podría tocar en otro post o hasta lo podemos conversar en un twitcam.

Porque te tratan de lavar el cerebro para que los uses, 28%; Esta opción tiene mucho que ver con la primera. Un “vendedor” ladilla va a intentar a toda costa (incluso por encima del sentido común y la realidad) de venderte algo. Y déjame decirte esto: Si eres de esas personas pendejas que anda por la vida diciendo cada cierto tiempo: “Coño, me vendieron esto y ni me enteré”, perdóname ¡pero eres bien WEBÓN! ¿Recuerdas el comienzo de este post? Allí te decía lo escéptico y desconfiado que soy, y más aún con cosas fantásticas, fabulosas y milagrosas. Para que a mí me pueda joder un vendedor, debo estar bajo los efectos de un potente alucinógeno o detrás de un culo demasiado, pero DEMASIADO bueno como para que yo abra mi boca, mi billetera, mi chequera o qué se yo, para comprar algo de lo que no sé, no leí, no investigué o sencillamente NO NECESITO. Tengan cuidado, pues en la calle hay vendedores (de todo, no sólo de Herbalife) muy pilas, capaces de envolver a cualquier pendejo. Si caen no es culpa del vendedor, ES TU CULPA, por imbécil. Y no olviden el viejo pero sabio y cierto refrán: “Todos los días sale un webón a la calle y el que se lo consiga… ¡es suyo!” No seas el webón de nadie ni le eches la culpa a los demás de tus estupideces. Háblale claro al que te atosigue y dile ¡NO me interesa Herbalife! Y ya. Esa persona debe entenderlo.

Porque es una estafa, sus productos no funcionan, 17%; Vaya mi saludo a los gordos que tomaron Herbalife alguna vez, hicieron trampa con el programa de nutrición, comieron escondidos galletas oreo, helado de Mc Donald’s o pollo en KFC; a los que no siguieron las indicaciones de cómo se debían tomar los productos e hicieron lo que mejor les pareció; se paraban a media noche y saqueaban la nevera y al cabo de un mes estaban peor de atorrantes, gordos y arrechos por el gasto y además votaron en esta opción. Señores: Yo he tenido resultados con estos fucking productos, mi hermana ha perdido 21 kilos ya, y conozco muchos, muchísimos más casos de éxito (y no de revista o de Internet, ¡LES HE DADO LA MANO, COÑO, Y HE HABLADO CON ELLOS Y HE VISTO SUS FOTOS DE ANTES Y DESPUÉS!). ¿Qué tienen ellos que tú no? ¿Más fuerza de voluntad? Herbalife es para todo el mundo, pero NO TODO EL MUNDO es para Herbalife… ¿entiendes esto? Esto quiere decir que si tú tienes alguna condición especial hormonal, diabética, hipertensiva, etc., etc., debes tomar estos productos con mucha atención y no a la ligera. Puedes correr el riesgo de caer en manos del “vendedor ladilla” del que hablábamos antes, o puedes ser el “idiota que cree todo lo que le dicen y compra sin estar seguro” y ¡ZAS! te estafaron porque “los productos no te dieron los resultados que tú esperabas”. También he sabido de casos en los que los mismos “vendedores ladillas” prometen (en su afán desmedido por vender) que en una semana vas a perder 15 kilos y te vas a poder embutir en el vestido ese de 2 tallas menos para poder ir a tu graduación. Llega el día del bonche y sólo has perdido 3 kilos y ¡ZAS! ¡Te estafaron! ¿No? Antes deberíamos definir “estafa”, porque si te han estafado y votaste aquí, ¿Dónde está tu demanda contra el maldito vendedor mentiroso o la maldita compañía Herbalife? ¡Nada! Ni lo uno ni lo otro. Y si hablamos de demandas y estafas, todos sabemos que Gringolandia, o sea, el imperio mismo, es el país en dónde por tirarte un peo en el metro corres el riesgo ser demandado. ¿Has leído algo acerca de alguna demanda en contra de Herbalife? La única demanda, para que lo sepas, fue en 1986 (la empresa apenas tenía 6 años en el mercado), por unos productos que SÍ CAUSARON DAÑOS a algunas personas, y dichos productos fueron retirados del catálogo. De resto, ni en la tierra del Tío Sam ni en ninguna parte ha habido demanda, cierre o prohibición alguna desde entonces. ¡Qué bocones somos los venezolanos! ¿Verdad? Opinadores de oficio de mierda, ¡eso es lo que somos!

Porque es mentira que puedas hacer dinero vendiendo sus productos, 14%; ¿Entonces es mentira que mi hermana ha recibido un cheque mensual de Herbalife de poco más de 1500 Bs? ¿Entonces es mentira que yo mismo he obtenido algunas ganancias? O sea, que si tú compras más barato en una bodega 1 kilo de leche y la vendes en la calle un poco más cara, ¿es mentira que ganas plata? Porque así funciona este negocio: Los “vendedores ladillas” compran a un costo y venden a un precio… Si no fuera así, ¿por qué demonios serían tan ladillas? ¿Porque ellos quieren que tú rebajes y quepas en el vestido que te vas a poner en tu graduación? ¡Abre los ojos, mi querida gordita inconforme, desempleada y escéptica que muy seguramente votaste en esta opción! Claro, el venezolano está acostumbrado a que “un trabajo de verdad” es aquel en el que tienes HCM, recibes cesta tickets y tienes un cargo así como: Supervisor de Procesos de la Gestión del Control de Calidad o Gerente de Investigación, Planificación y Desarrollo de la Región Nor-Occidental del país, ¿No? Yo tampoco creía, hasta que vi un cheque de 12 palos, o sea, 12 mil lucas de las fuertes  (que lamentablemente no pude robarle al “vendedor ladilla” que me lo mostró, para escanearlo y mostrarlo aquí). ¡Ah! ¿Que queremos empezar ganando millones? Sí, yo también soy venezolano, como tú. Eso es indudable, todos pensamos así. Pero algo que no voy a negar que me molesta sobremanera es el ENGAÑO para reclutar gente que usan algunas personas de Herbalife. Anuncios como: “Solicito gente que desee ganar 5000 Bs al mes trabajando 1 hora y 20000 trabajando 3 horas desde tu casa y viendo VTV”. ¡Coño, digan que son Herbalife de una vez y no engañen! Así la gente de antemano decide si se mete en ese peo o no. Así la gente después no dice (como muchos hacen): “Me prometieron millones y es mentira”, “me dijeron que invirtiera 5000 Bs y no los recuperé”. Esto también ha pasado. ¿Pero a quién le pasan estas cosas? ¡A los pendejos! Tú tienes la culpa si crees en cuentos de “dinero fácil, rápido, inmediato y por bojote”. El dinero se gana trabajando y Herbalife es un trabajo. Si te dedicas a ello con seriedad y transparencia, te va a ir bien. Si eres un desgraciao’ con todo y ropa te va a ir bien también, pero tarde o temprano te van a joder. Tú decides.


Porque los usé y no me sirvieron, más bien engordé, 11%; Esto es cierto. MUY CIERTO. Si tomas mal los productos y no sigues las indicaciones de quién te los vendió, es OBVIO que vas a engordar. De hecho, muy probablemente mi hermano votó en esta opción, porque a él le pasó esto. No voy aquí a indicarles cómo se debe preparar y/o tomar la merengada o el Té, pero lo que sí les puedo decir es que los productos tienen unas instrucciones que se deben cumplir y que si no las sigues, corres el riesgo de que no te den los resultados que tú esperas. De todas maneras, debo decirles que es IMPOSIBLE que engordes con Herbalife si te los tomas tal como se te indicó para perder peso. Y no es que yo meta las manos al fuego por unos productos que ni siquiera se hacen en este país, sino que es una cuestión de simple lógica matemática, ¡párame bolas!: En el desayuno ingerimos de 1500 a 2000 calorías, y en la cena más o menos igual. Si sustituyes ese carajazo de calorías por 100 calorías de la merengada en cada una de las comidas antes mencionadas, es IMPOSIBLE e ILÓGICO desde todo punto de vista que en vez de perder peso, lo ganes. Claro que, si te tomas la merengada al pie de la letra pero en las meriendas te zampas un paquete de papas Ruffles con Nestea o un tarro de Nutella con galletas, obvio que vas a engordar. ¿Me expliqué o debo buscar una calculadora científica pa’ que entiendas 2+2?

Porque esos productos hacen daño, 11%; Si, hubo en 1986 unos productos que ocasionaron daño (no la muerte) a algunas personas en USA y los productos fueron reformulados. En España en 2004 hubo unas supuestas demandas de daños hepáticos que fueron desmentidas luego. Un periódico amarillista creó estas falsas noticias y hasta el equipo médico de Herbalife tuvo que dar declaraciones al respecto para desmentir esa noticia sensacionalista. No lo digo yo. Eso está en Internet, en Youtube, en blogs, etc. Si buscas en YouPorn no lo conseguirás, busca dónde es. Aquí en Venezuela he sabido de varios médicos que me han dicho lo mismo: Esos productos dañan el hígado. Pero, (nunca falta un maldito pero): ¿Dónde están esos pacientes muertos o afectados? ¿Dónde están las demandas? ¿Dónde están los artículos de prensa que hablen de esto? O peor aún: ¿Dónde está la sustentación médico/científica de que la composición de los productos es dañina para el organismo? ¿Sabías tú que el Dr. Jorge Domínguez, jefe de nefrología y de la unidad de hemodiálisis del hospital Pérez Carreño de Caracas es el representante médico de Herbalife en Venezuela? Míralo AQUÍ, no me creas a mi. ¿Que Herbalife es un monstruo financiero y calla esos casos con dinero? Puede ser… Todo es posible. Pero algo no menos cierto es que para que Herbalife pueda venderse en un país debe estar aprobado PRIMERO por el Ministerio de Salud de dicho país, y ya Herbalife (para el momento de este post, pues la lista sigue subiendo) está en 84 países. O sea que, ¿84 Ministerios de Salud se equivocan y ponen en riesgo la salud de sus habitantes? O no, ¡Herbalife compró a los 84 Ministerios de Salud para que los aprobaran! ¡Sí! ¡Y John Lennon, Marilyn Monroe y Elvis Presley están vivos también y jugando truco en la Plaza Miranda! ¡Yo los vi!

Faltan más interesantes respuestas. En la próxima entrega seguiremos viendo sus opiniones...

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viernes, 14 de septiembre de 2012

Esa secta que llaman Herbalife (1ra parte)

¡Volvió El Eterno Inconforme! ¿Qué pensaban? ¿Qué se había acabado este blog?

Hoy les compartiré mi percepción acerca de un tema del cual muchos opinamos, denigramos, nos burlamos (me incluyo) y otros alabamos (también me incluyo).

Si detestas a los fucking vendedores de la secta satánica de Herbalife, su fastidio, su acoso y su lavado de cerebro constante para que les compres una merengada mágica, este post es para ti.

Pero por el contrario, si has probado esos productos, has obtenido resultados o trabajas con ellos como Distribuidor Independiente y obtienes un dinero extra (que nunca está de más) sin dejar de hacer lo que antes hacías o a tiempo completo, entonces este post también es para ti.

Empecemos por el principio: Ya muchos de Uds., inconformes en potencia, se deben estar preguntando: ¿Y tú, Roosevelt? ¿Cuál es tu posición acerca de estos fucking/excelentes productos?

Debo aclararles algo, para los que tienen poco tiempo conociéndome o leyéndome: El escéptico de los escépticos soy yo. Cuando inventaron la palabra incrédulo, pensaron en mí.

Pero así como me considero un cliente bastante, muy, MUY difícil de convencer, también detesto los fanatismos exacerbados y sin razón de ser.

Adoro mi teléfono Android, pero no dejo de reconocer que Apple es sencillamente BRUTAL. Me fascinan los videojuegos, y aunque prefiero el Xbox360, sé que Playstation es una experiencia genial. Uso Movistar y Digitel, y sé que ambas tienen cosas buenas y malas. Conozco un poquito de religión, y también sé que desde la santería, hasta el cristianismo, pasando por el budismo, etc., todas y cada una de estas ideologías/filosofías tienen sus cosas MUY buenas pero también MUY malas. Adoro y prefiero el rock por sobre todos los géneros musicales, pero eso no me hace dejar de apreciar de vez en cuando una salsa “cabilla” o un buen merengue “apambichao’”.

Hasta aquí, todo claro y están de acuerdo conmigo, ¿verdad?

En fin, señores, al punto que quiero llegar: Es normal que detestemos determinado producto, religión, ideología o filosofía, (de hecho, los seres humanos somos irremediablemente sectarios, pero no pretendo dar aquí una clase magistral de sociología) porque sencillamente no nos agrada, o hayamos tenido una mala experiencia. Pero odiar/denigrar/detestar/alabar hasta el fanatismo algo sin conocerlo, sin haberlo probado o sin haberte molestado siquiera en leer un poquito acerca de ello, raya en LA TOTAL IGNORANCIA. Es como que tú te pongas a decir que Holanda es un mal país porque las prostitutas están visibles en vitrinas y porque se venden drogas en los pubs, sin que antes lo hayas visitado para ver si es verdad o es mentira que es un país horrible para vivir.

Yo, por ejemplo, DETESTO, ODIO Y NO TOLERO a los que se dicen “comunistas-socialistas”. Pero para llegar a tal afirmación, leí e investigué, y ya tengo las bases suficientes para decir: Eso es una mierda (además de que tengo 14 años probando ese “producto” y definitivamente no funciona).

Y así, con todos los productos que mencioné más arriba (Esto aplica para las marcas de zapatos, de celulares, de computadoras y para todo en la vida).

Dicha toda esta verborrea de bloguero creído y de pseudo escritor de pacotilla, hablemos del tema principal de este post: HERBALIFE.

Quienes me hayan leído en Twitter saben que me he burlado (y lo seguiré haciendo) de los muchos chistes que de los “vendedores” (entre comillas, ¿vieron?) de estos productos se dicen. Y es que ¡es verdad! Si hemos comparado a un “vendedor de Herbalife” con un Testigo de Jehová o Evangélico que predica puerta a puerta, no exageramos cuando decimos que SON UNA LADILLA.

¡Wait, mis queridos detallistas! ¿No me van a preguntar por qué usé las comillas? Precisamente por eso: Una cosa es ser un “vendedor” que te acosa, te persigue, te envía 364 mensajes por hora para que le compres una “merengada mágica” (otra vez las comillas, ¿vieron? Más adelante hablaremos de esto) o para que te metas en su secta y te pongas a vender como él; y otra, evidentemente que MUY DISTINTA, ser una persona que te asesore, te explique, te aclare tus dudas (si tú así se lo has pedido) te venda un producto que tú necesitas y te haga un seguimiento post venta (como debe ser) para cerciorarse de tu total satisfacción. Porque, ¡vamos! Un cliente satisfecho y bien atendido de seguro volverá a comprar, ¿no? Y tampoco soy un experto en mercadotecnia, por si acaso. Pero no hay que ser un genio para entender esto.

Este post es un poco largo (para variar, yo) por lo que me he tomado la molestia de dividirlo en 3 entregas, para no aburrirte, pues sé que tienes cosas más importantes que hacer.

Primero, hablemos de mi experiencia con estos productos.

Nos remontaremos al año 1994, año en el cual yo me encontraba recién egresado de las filas de Mc Donald’s (sí, trabajé con Ronald Mc Donald, vendí cajitas felices y limpié baños que jode) y un día en la calle una persona me dio un volante, un papelito que decía: “Empresa americana en expansión solicita jóvenes con o sin experiencia para trabajar en sus diferentes departamentos. A tiempo parcial, sin horario y sin jefes”. Y yo, como un ingenuo púber de 20 años que era para aquel entonces, caí redondito en esa “trampa caza bobos”. Me dirigí a una oficina en dónde había una sala que más bien parecía una iglesia de “Pare de Sufrir” que la de una empresa seria. Gente con chapas en el pecho que decían: Trabaja desde tu casa, ¡Pregúntame cómo! O la sempiterna: Pierda peso ahora, ¡Pregúnteme cómo!

Luego empezaron a desfilar un poco de locos sonrientes que decían: Me llamo fulano de tal, he perdido 20, 30, 40, 50 kilos en tanto tiempo, me siento bien, hago pupú chévere, y haciendo este negocio a tiempo parcial me he ganado X cantidad de dinero.

Y yo, sin entender nada, ya quería irme de ese circo. La persona que me había invitado me dijo: ¡¡¡¡No te lo puedes perder!!!! Prueba los productos y si no sirven, yo te devuelvo el dinero. Así que, ¿qué podía perder yo? Accedí, y me llevé mi merengada y mi té a la casa, pa’ ver que tal (además de que, por haber trabajado en Mc Donald’s, tenía unos kilitos demás).

Pues, les cuento que la “merengadita mágica” esa (que para aquella época en Venezuela sólo tenían 2 sabores, vainilla y chocolate y además en su catálogo tenían como 5 o 6 productos nada más) hizo efecto al cabo de una semana y perdí como 4 kilos más o menos. Yo no lo creía y los seguí tomando. Al finalizar el mes y acabarse mi “merengada mágica” había perdido como 8 kilos y yo quería contarle a todo el mundo la magia de la secta esa. Así que me registré como Distribuidor y estuve un tiempo con mi ridícula chapa en el pecho hablándole a la gente de los productos mágicos que tan bien me habían hecho sentir y ganando algo de platica por las ventas al detal que hice.

Pasaron los meses y la persona que me había inducido a entrar en el mundillo de la venta boca-oreja empezó a dejar de tener contacto conmigo, y obvio que su recién iniciado pupilo (como en cualquier empresa en dónde te entrenen) no podía seguir creciendo sin más entrenamiento.

Para hacerles el cuento corto, la cuestión fue que se me presentó la oportunidad de irme a Macondo, a vivir con mi padre; y ya lejos de la civilización, yo me dije: ¿A quién demonios le voy a vender yo merengaditas aquí en la selva? Así que guardé mi chapa, mi catálogo de productos y mi sonrisa Herbalife… Hasta 17 años después que, gracias a la ladilla, insistencia y acoso de mi hermana, y luego de 6 meses sin vernos, me quedé loco cuando la volví a ver con 21 kilos menos y con la bendita chapita en el pecho… pero lo mejor de todo: ¡Ganando plata!

Que si los productos son buenos o no, que si te lavan el cerebro o no, que si es psicológico o no… Yo no sé. Lo que sí sé es que los volví a probar (Esta vez me doy cuenta que Herbalife cuenta con muchos más productos, mejorados, reformulados y más sabores de la “merengada mágica”) y en menos de una semana tengo 4 cms menos de lipa y bajé 2.5 kilitos. No tengo ni ansiedad, ni taquicardia, ni pesadillas, ni mal humor, ni soy adicto, ni me lavaron el cerebro. ¡Por favor! Hay que reconocer cuando algo funciona o no funciona.

Me documenté, leí e investigué (cosa que en 1994 no pude hacer, por no existir San Google). He leído muchos posts como este (a favor y en contra de Herbalife) e investigaciones periodísticas y científicas al respecto. Decidí probar los productos de nuevo y la verdad es que no me puedo quejar.

Pero analicemos un poquito por qué tanto odio/amor hacia estos productos, o hacia esta compañía… o hacia quienes distribuyen los productos. Me siento con toda la potestad de hablar de ellos, pues actualmente los estoy tomando y he investigado MUCHO al respecto.

Para ello, hice una encuesta en Twitter por un período de 2 semanas (tal vez muy poco tiempo) para saber la opinión de muchos de Uds. Y veamos los interesantes resultados:

La encuesta decía así:

¿Por qué NO te gusta Herbalife?

En la próxima entrega veremos una a una las interesantes respuestas de esta entretenida encuesta.