Páginas

lunes, 5 de noviembre de 2012

Para ti, ¡falso amigo!

Cuenta aquel famoso y popular cuento de hadas, llamado Biblia, que por 30 monedas de plata Judas vendió a su maestro, a su guía, a su benefactor, Jesús. Y con un beso en la mejilla le hizo saber a los fariseos que era el hombre que andaban buscando.

Y a partir de allí el nombre de Judas se ha hecho tristemente célebre en la historia de la humanidad, al asociarlo a la hipocresía y la falsa amistad.

Y es precisamente ese el tema del que hoy quiero reflexionar y compartir con Uds.: ¡LOS MALDITOS AMIGOS FALSOS E HIPÓCRITAS DE MIERDA!

¿Cuántos de los que leen esto han tenido la desagradable oportunidad de cerciorarse de que sus más “fraternos amigos”, sus “costillas”, sus adorados “partners”, sus amigos “patria o muerte” o como les quieran decir, eran en realidad más falsos que escaleras de anime?

¿Será que los falsos amigos son un mal necesario, y por lo tanto tenemos que aprender a vivir con ellos? ¿Necesarios para qué? Realmente, luego de tantos chascos en la vida con estas lacras, ya yo estoy bien seguro de que NO NECESITO de ellos PARA NADA.

También me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que los falsos amigos son una versión sutilmente mejorada de los jalabolas (estoy preparando un post al respecto); porque supongo que estás de acuerdo conmigo en que estos “buenos amigos” siempre aparecen cuando saben que estás solvente económicamente, cuando tienes una fiesta a lo grande y no los invitaste, cuando te compraste una casa o carro nuevo, o en definitiva, cuando se enteran a través de terceros (nunca de ti) de que te va bien, estás bien y no andas jodido por la vida.

Pero basta que estés pasando por una mala racha, no tengas empleo y estés buscando, te maletearon de tu casa y necesites hospedaje temporal, necesites hacer una mudanza y cargar unas cajas con el carro de “tu súper pana”, o necesites cualquier otro gran favor, para que la respuesta irremediablemente siempre termine siendo la misma: “Marico, eres mi pana y te quiero que jode, PERO…”.

¡Y ojo!, falsos amigos míos que sé que están leyendo esto, saben que es con Uds. y acudirán en su defensa: No estoy diciendo aquí que un amigo debe darte TODO (incluido PLATA, dinero, cobres, money, pues), ¡No se vayan por la tangente! #ForeverCaraEWebos.

A lo que me refiero es que, si DE VERDAD te dices SER amigo de alguien, la ayuda que le puedes brindar a ese pana “en desgracia” es, si no darle plata, techo o comida, porque “no tienes” en ese momento, es POR LO MENOS ponerlo en contacto con otros amigos que SÍ PUEDAN ayudar aunque tú no pudiste quisiste. Porque se supone que debes conocer a otras personas, ¿verdad? ¿Es muy difícil entender esto?

Y debo hacer aquí otra aclaratoria, no menos necesaria e IMPORTANTE y con la cual comulgo: “Negocio es negocio y familia o amistad es otra cosa”. Y otro refrán, no menos cierto es es que dice: “Cuentas claras conservan amistades”.

Lo que quiero explicarles aquí con esto, queridos brutos y Judas que me leen (porque todo Judas además de falso, ¡es BRUTO!), es que no hay que confundir una cosa con otra: Una cosa es una ayuda momentánea (pero bien aclarada desde el principio, con límites y condiciones precisas), y otra muy distinta abusar de la hospitalidad, de un negocio, del dinero o hasta de algún artículo u objeto prestado. Si a la hora de ayudar “a tu pana” NO ACLARASTE y te jodieron, ¿DE QUIÉN FUE LA CULPA? Obvio que del “amigo” vivo e’ la pepa al que ayudaste, pero principalmente DE TI, por pendejo y no aclarar las cosas antes.

Claro, habrá gente que diga que “una verdadera amistad NO TIENE CONDICIONES”. Y esto probablemente tenga algo de cierto, pero (malditos peros) si ya te han jodido otras veces en la vida y temes que ahora te vayan a joder de nuevo cuando un pana caído en desgracia acuda a ti, PON CONDICIONES CLARAS antes de ayudarlo. Por el contrario, si no te han jodido antes, pero tienes dudas de que lo puedan hacer, debes confiar en tu sentido común y hablar claro también. Los rodeos o el “guabineo” no deben tener cabida en una amistad sincera de verdad.

Eso sí, luego de darle la espalda a un amigo REALMENTE necesitado, no esperes ni aspires ser tratado con clemencia, deferencia, naturalidad o alguna otra muestra de afecto. Si así lo esperas eres bien CARA E’ TABLA, y si el bobo al que le diste la espalda te sigue tratando igual o hasta mejor que antes, BIEN WEBÓN QUE ES. O son tal para cual, un par de hipócritas de mierda. Cosa que no entiendo NI COMPARTO.

Recuerda que “hoy por ti, y mañana por mí”. Esta vida da muchas vueltas y mañana tú, que me diste hoy la espalda, puedes ser el que vengas con el rabo entre las piernas a pedirme ayuda. ¡Luego no te quejes cuando me cague de la risa en tu cara! #ForeverVengativo.

He leído más de una vez por allí que “Los amigos son la familia que tú escoges”. El sabio que escribió esto muy probablemente también recibió muchas veces la espalda de su familia como respuesta en esos momentos cuando más los necesitó. Y lo único que me resta decirte, ya para finalizar, es la siguiente reflexión:

Si tus amigos te dan la espalda en esos momentos difíciles, justamente cuando más los necesitas, ya es hora de cambiar tu círculo de amigos.