De mi paso por Reporte360.com (1/7)

Para quienes no lo sabían, el año pasado tuve la oportunidad de escribir artículos en un pequeño espacio de opinión que me permitió la entonces directora de la pagina de noticias reporte360.com: @ranitalios. Como todo cambia, esta persona ya no trabaja con ellos, y el contacto con esta gente lo perdí, además de que, por razones que aún desconozco, dicha página de noticias cambió TOTALMENTE su formato de presentación, pareciendo ahora más bien una página de resúmenes noticiosos y links a otras sitios web de noticias que una portal de noticias propiamente dicho. Reestructuracion? Cierre? Cambio temporal? No lo sé. Pero ya mis artículos no están visibles, por lo menos en esa página.

Es por esto que decidí compartirlos con Uds. (que probablemente no tuvieron la oportunidad de leerlos) ¿Y qué mejor lugar para publicarlos, que en mi propio blog?

Estaré posteando entonces dichos artículos, indicándoles antes la fecha en que fue publicado en la referida página de noticias.

Les anexo el primero, publicado en el mes de junio del 2010.

Título: ¿MONUMENTO A QUÉ?

Lugar: Plaza de San Jacinto o Plaza El Venezolano, casco histórico de Caracas.
Fecha de Inauguración: 18 de abril de 2010
Nombre: “Monumento Bicentenario”
Construido en: Puerto Ordaz
Material utilizado: Acero A36 en sus secciones y granito en su base
Dimensiones: 47.25 mts de altura, diámetro en la base de 3.56 mts y diámetro en el tope de 0.90 mts
Peso: Entre 80 y 100 toneladas
Colores: Rojo y Negro.
Costo: No especificado, pero se rumora que entre 3 y 4 millones de Bs. (de los nuevos).

En estos días me encontraba haciendo algunas diligencias personales en el centro de la ciudad, y por casualidad pasé por la conocida Plaza el Venezolano y lo vi. Me detuve por un rato, lo divisé hasta donde el sol me lo permitió. Vi a mi alrededor. Nada. Todo igual. Viejitos, heladeros, mototaxistas y policías. Nadie parecía inmutarse ante la presencia de este gigante. Un gigante que, a decir a verdad y a mi modo de ver, de acuerdo a la importancia de la ubicación que posee (muy cerca de la casa natal del Libertador, del de verdad, no del “nuevo”) está fuera de contexto, tanto arquitectónico como visualmente.

Ya había leído acerca de él, pero para ser sincero, no me llamó mucho la atención lo que se comentaba acerca de su inauguración, así como toda aquella obra nueva que pare “el proceso”. Bastó que lo tuviera “face to face” para motivarme a escribir acerca de él.

Tanto el significado de sus colores como sus dimensiones exactas, y por supuesto, lo más importante: su costo, no tienen un dato “Oficial”. Para obtener esta información tuve que leer no menos de 10 páginas webs para sacar más o menos el promedio e inferir en el significado. Según los aduladores de oficio y los entendidos en el tema, sus colores simbolizan: El negro de la base, la época oscura de Venezuela durante su período como colonia de España; la segunda franja, de color rojo, simboliza el proceso independentista y el suceso del 19 de abril de 1810; la tercera franja, negra, simboliza otro período negro de Venezuela a partir de la muerte de bolívar y hasta el puntofijismo; las tres últimas franjas son de color rojo (obvio) y representan el despegue del proceso revolucionarios hasta el infinito (¿?).

Dicen que “parece un edificio” porque tiene escaleras por dentro, plataformas, un cuarto en la base para hacerle mantenimiento y finaliza con un pararrayos en la punta. Cuentan que está hecho con lo último en tecnología (¿?)

El comandante lo denominó como un “cohete ideológico”, como “milagro” y como “maravilla”. Símbolo de “revolución cultural”. Representa la “verticalidad y firmeza” de la revolución.

No es un obelisco, no es un poste. El Sr. Lucas Pou, Coordinador de ejecución de la oficina presidencial de planes y proyectos especiales (el solo hecho de leer este cargo, cansa), ratificó que será un “aro de luz” que le indique a los caraqueños donde queda el casco histórico de la ciudad y que se proyectará hacia el infinito.

¡Tiene hasta protección antisísmica!

Por el total desinterés que le demuestran los transeúntes de esta concurrida plaza, por el nulo respeto que le profesan los cuerpos policiales cercanos y por su forma evidentemente FÁLICA, debo decir que con lo que este objeto le costó a la nación se pudieron pagar unos cuantos policías más, construir unas casitas más, reparar unas callecitas más, pagarle a algunos médicos más (criollos, claro)… o aumentarle un poquito más el sueldo al resto de la población.

Mientras lo veía, un viejito sentado en un banquito en dicha plaza, me comentaba: Este monumento se parece a la nariz de pinocho, ¿No crees?

¡Qué sabio comentario!

Ahí está el monumento. Para el recuerdo quedará. El venezolano afortunadamente (o desdichadamente) olvida rápido.