Carta a Maduro y a Santos

Las diferencias entre Colombia y Venezuela son de vieja data. No es la primera vez que ambos países hermanos se encuentran en conflicto, afortunadamente sólo diplomático, por temas fronterizos.

¿Qué hermanos no se pelean? Esto es normal. Muy normal. Y siempre hay una solución pacífica.

Lo que no es nada normal es el manejo de “vecindad” que le quieren imprimir al asunto.

  

Señores, Santos y Maduro: sus dimes y diretes, sus tiraderas de puntas en sus distintas alocuciones, sus sacaderas de trapos al sol a través de sus cancilleres y otros funcionarios, sus metáforas rebuscadas para ocultar su arrechera (o berraquera) personal no le hacen nada bien a la paz que debe prevalecer entre ambas naciones.

De verdad que da vergüenza oír a ambos mandatarios defender sus “verdades” con argumentos (ciertos o no, no viene al caso) subidos de tono, con un absurdo doble sentido y lenguaje soez que lo que nos hace preguntarnos a los ciudadanos de ambos países indudablemente es: “¿estos tipos no tienen los cojones suficientes para hablarse de frente y decirse todas esas cosas, en vez de dar este triste show?”

¿Acaso ustedes, Santos y Maduro, no se han reunido ya antes? ¿Qué pasa?

¿Tanto es el desespero de Santos por subir una popularidad que va en picada, por sus fracasadas conversaciones de paz en la Habana?

¿El miedo de Maduro a perder la mayoría en la Asamblea Nacional es tan grande como para distraer la atención  de la opinión pública internacional con este paupérrimo teatro de “me quieren matar desde Colombia”?

Señores, ¡amárrense los pantalones!

¿Hay contrabando? Es cierto. Y es culpa DE AMBOS PAÍSES. Es culpa del que se deja sacar mercancía, pero también del que se la deja meter. Ambos gobiernos son responsables de esta corrupción fronteriza.

¿Hay narcotráfico? ¡Por supuesto! Y es culpa de lado y lado, por acordarse de sus fronteras sólo cuando necesitan réditos electorales o protagonismo político.

¿Hay guerrilla y paramilitares? ¡Pero claro que los hay! Venezuela los ve como “amigos”, y Colombia simplemente "no los ve". ¡Ambos son culpables DE TANTA PASIVIDAD!

ESTO ES CULPA DE AMBOS PAÍSES. Es culpa de ambos gobiernos. Es culpa de su gestión. Es culpa de ambos presidentes. Que si es culpa de Uribe o de Chávez, de la izquierda o de la derecha, ¡no importa! Es a ustedes a quienes les toca la responsabilidad de solucionarlo, ¡y pronto!

Es culpa de ustedes, Santos y Maduro. Ustedes son los que (mal) gobiernan. Pónganse a trabajar de una buena vez y solucionen este triste episodio, que lo que hace es poner a Latinoamérica una vez más a la palestra de las noticias internacionales negativas por un tema tan desagradable como el de los derechos humanos. ¿En pleno siglo XXI y ustedes juegan a la guerra? ¿Juegan al yo te digo y tú me dices? Y mientras tanto, ¿qué? ¿Qué pasa con esos cientos de miles de ciudadanos afectados que necesitan de un comercio libre y de un tránsito abierto entre ambas naciones para trabajar, estudiar, por salud, y un sinfín de actividades más?

En ambos países estamos cansados de la politiquería barata.

Necesitamos menos demagogia y más acción.

¿No que muy bolivarianos? ¿No que hijos de Bolívar?

No manchen más los nombres de Francisco de Miranda o Simón Bolívar con esa estúpida actitud de muchachitos malcriados.

¡Reúnanse sin condiciones, ya!