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jueves, 4 de diciembre de 2014

De las tradiciones de fin de año y otras estupideces de la gente en Navidad


¡Llegó diciembre! Y con ello, se despiertan los genes de la estupidez de una gran cantidad de personas. Motivo por el cual quise hacer este post: Para dejar por escrito para las generaciones futuras este manifiesto de burla hacia tan efusiva idiotez colectiva.
 
Es innegable que nuestra cultura venezolana, así como la latinoamericana en general,  es el resultado de la fusión de muchas costumbres, a saber: la africana, la indígena y la europea.
 
Y es que no podía ser más interesante el resultado de semejante mezcolanza: una rica diversidad de creencias y costumbres que con el pasar del tiempo se han vuelto tradición.
 
Y es precisamente de esas tradiciones y creencias, ridículas y sin sentido muchas de ellas, que hoy voy a hablar aquí.
 
Por si fuera poco lo estúpida que se vuelve la gente en diciembre con la gastadera y botadera de plata de forma tan innecesaria, a esto hay que sumarle lo inaudito de muchas de las creencias, absurdas por demás, que la gente pone de manifiesto por estos días.
 
Hagamos un recorrido por esas estúpidas tradiciones/costumbres/ritos: 

  • La decoración de la casa tipo Polo Norte. ¿Qué le pasa a la gente por la cabeza? ¿Se les olvida que vivimos en un país TRO-PI-CAL? Una vez vi en Macondo (Ciudad Bolívar, para los incultos), Una casa decorada con el jardín completamente cubierto de blanco, renos con trineo en el techo y un Papá Noel entrando por una chimenea (obviamente falsa). ¿Con 40° C a la sombra? ¿Qué San Nicolás ni qué Rodolfo el reno un carajo? Ni pinos, ni medias para los regalos, ni vidrios con nieve artificial, ni arbolitos blancos, ni muérdago… ¡Nada de eso es de aquí! “¿Con qué decorar?” Seguro me preguntarán… y mi respuesta es: ¡No sé! Si yo fuera decorador no estaría escribiendo en este Blog… Lo que sí sé es que ese aspecto gélido y friolento no es nuestro NI SE DA POR AQUÍ, y que lo más cerca que has estado de la nieve REAL fue una vez que viajaste a Mérida y viste una foto del Pico Bolívar… ¡Por favor!
  • La bajada del espíritu de la navidad. El dichoso 21 de diciembre. Sucede que en esa fecha específica la tierra está más lejos del sol, las noches se hacen más largas y por ello los antiguos escandinavos y nórdicos paganos encendían grandes hogueras para celebrar el renacimiento de un nuevo ciclo celestial y honrar a los dioses. Con el pasar de los años nos han querido meter en nuestro ADN criollo que ese día baja el “Espíritu de la Navidad”. ¡Vaya pa’ la verga! ¿Acaso las temporadas tienen espíritu? Entonces tendríamos que ver el espíritu del Día del Padre, de la Madre, del Niño y vaya usted a saber qué otra cosa absurda más. Debes meterte algo en la cabeza: ¡Ni tú eres escandinavo, ni celta ni romano, ni el 21 baja un carajo! Te recomiendo que en vez de gastar ese realero en mandarinas, velas, papel pergamino, inciensos y esas idioteces, ahorres y te compres un telescopio… así te deleitas con lo que cósmicamente realmente pasa: El solsticio de invierno (o de verano, según el hemisferio desde el que lo mires). Y para saber qué coño es eso, ¡USA GOOGLE!
  • Montar el nacimiento. ¿Dónde nació Jesús? Ni la biblia lo explica claramente. ¿Mulas y bueyes? ¿Cascadas, pozos de agua, ovejas, rocas y luces? Siempre me ha parecido que montar un nacimiento es una bonita muestra de creatividad. ¡NADA MÁS! Pero eso no recrea nada, puesto que el nacimiento de Jesús en sí mismo es un hecho que aún está en duda. ¿Lanzarle monedas a cada nacimiento que ves y pedir un deseo? ¿No es mejor que le pagues al que hizo el nacimiento porque te parece bonito? ¿No estás como un poquito grande para creer que se te van a cumplir los deseos que le pidas a “la maqueta” de un “nacimiento”?
  • Comprar los estrenos. He buscado en todos lados acerca de esta absurda costumbre, ¡Y NADA! No aparece en ningún lugar el origen de esto. Lo cual me hace inferir que su origen radica en la ESTUPIDEZ HUMANA. No existe otra explicación. Comprar ropa nueva para el 24 en la noche y el 31 en la noche es una total necedad. ¿Para qué? ¿Acaso no vas a estar con tu familia? ¿Para qué la ropa nueva? ¿Para celebrar un día especial del año? ¿No puedes comprar ropa en otra temporada del año, que por cierto, sale más económica? Los días son especiales sin necesidad de gastar o ESTRENAR. Así de sencillo. Podrás esgrimirme todos los argumentos que quieras, pero para mí es simplemente UNA SOBERANA ESTUPIDEZ. Criar a los hijos con esta absurda tradición es fomentar un consumismo innecesario y, en muchos casos, la frustración por no tener ropa “tan nueva y bonita como la de los demás”. ¡Cuidado con esto, padres tarados!
  • Comer las 12 uvas. Tradición española de la cual me atrevo a decir que CASI NADIE conoce su origen. No voy a explicar dicho origen aquí, pero lo cierto del caso es que se supone que al dar el reloj las 12 campanadas debes comer una uva por cada tañer, y a la vez pedir un deseo. Yo crecí atiborrándome de uvas todos los 31 de diciembre de mi infancia y pidiendo deseos que nunca se me concedieron. ¿Quién ganó? El maldito vendedor de uvas. Nadie más.
  • Tener lentejas en las manos o los bolsillos. No está claro el origen de este absurdo rito, pero lo que sí está muy claro es que apretar lentejas en los puños o en los bolsillos al momento de sonar el cañonazo no te garantizará que tengas un año con mucha bonanza. ¡No trabajes, pa’ que veas!
  • Recibir el año nuevo con billetes en las manos. Al igual que la anterior, tradición absurda desde todo punto de vista. Si así fuese, los empleados de los bancos serían millonarios… Porque esos sí que tienen mucho dinero a diario en sus manos. ¡No sean gafos!
  • Buscando a la media naranja. Ponerse de pie y sentarse con cada una de las 12 campanadas es el rito para los que buscan casamiento en el año que comienza. ¿Cuál es el fundamento científico de que hacer sentadillas al ritmo del reloj te concederá ese deseo? ¡NINGUNO! Este tonto ritual sólo te garantizará unas piernas fuertes, pero sí y sólo sí haces 6 repeticiones de 30 todos los días; de resto, ¿novio? ¿esposa? ¡Sigue creyendo!
  • Los propósitos de fin de año o año nuevo. Ya otras veces he escrito acerca de los hipócritas propósitos de año nuevo que muchos escriben en un papel, prometen, juran, rezan y vaya usted a saber qué otra cosa más. ¡Para nada! La gente promete y promete cosas la noche de año viejo y hasta el 1° de enero, para que a las 2 semanas ya se le hayan olvidado casi todas esas promesas. El que de verdad quiere HACE MÁS Y PROMETE MENOS.
  • Pintar la casa. Otra absurda tradición. En diciembre TODOS LOS PRECIOS SUBEN, y los de la pintura no son la excepción. Los dueños de las tiendas de pintura y ferreterías lo saben. Los fabricantes lo saben... pero parece que el único que no lo sabe ERES TÚ. ¿Para qué pintar en diciembre? ¿No es más sensato pintar en julio o en septiembre? Es más, te doy un truquito: Compra las pinturas en mayo, y guárdalas hasta diciembre para que hagas lo que todo el mundo hace: PINTAR EN EL MES DE LA NAVIDAD…
  • Hacer regalos a los seres queridos. Nada más falso que esto. Quien te regala únicamente en Navidad de verdad que NO TE QUIERE. Esto es lo mismo que regalarle a tu mamá el Día de la Madre o a tu hijo el Día del Niño. Cualquier día es especial. Cualquier día es bueno para llegar con un regalo, caro o barato, sencillo o muy costoso, pero cualquier día de cualquier temporada es bueno. ¿Lo vas a hacer en diciembre cuando todo es más caro? ¿Acaso el cerebro no te da para ver más allá de tus narices?
  • Salir de la casa con las maletas la noche de año viejo. Coco seco. Los que hacen esto definitivamente que tienen el coco seco. Si quieres pasar un año nuevo de “ensueño”, viajando por el mundo, trabaja que jode, ahorra más y gasta menos… Y vete del país… porque con la economía de este país socialista, dudo que viajes. Sacar las maletas a pasear sólo sirve para una cosa: ¡REÍRNOS DE TI!
  • Ropa interior amarilla. Dicen que usar la ropa interior de color amarillo (y mejor si es regalada y puesta al revés) augura un año nuevo lleno de prosperidad y abundancia. Yo me cansé de usar interiores amarillos… para nada. De grande entendí que puedo tener los interiores marrones o azules, pero igual HAY QUE ECHARLE BOLAS a la vida.
  • Barrer la casa al momento de comenzar el año nuevo. Apenas suena el cañonazo hay quienes sacan las escobas para barrer toda la casa de adentro hacia la puerta de la calle. ¿Para barrer lo malo? ¿Alejar las malas energías? Sea lo que sea, eso sólo sirve para barrer menos al día siguiente. Más nada. Te sugiero que si eres de los que practica esto, este año, después de armarte con tu escoba y barrer tu casa, te vayas a alguna azotea bien alta, saltes y vueles alto, muy alto con tu “aparato limpiador”, así como Harry Potter.
  • “Limpiar la casa” con poderes sobrenaturales. Brujos, santeros, espiritistas, chamanes, paleros y vaya usted a saber qué otro tipo de charlatanes más. A estos loquitos les encanta limpiar la casa con guarapos, humo, esencias, sal, azúcar, hielo, plumas, sangre, miel y cuanta cochinada se te ocurra. Todo esto para empezar el año nuevo “limpios y purificados”. ¡Y es verdad! Los que practican estos ritos pasan siempre todo el año bien LIMPIOS… ¡Pelando bola, pues! Sigan así, ¡creyendo en guarapos!
  • Y de ñapa, el Día de Reyes. Ni María fue virgen, ni hubo ángel Gabriel, ni hubo estrella de Belén, ni ángeles cantando en el cielo… Mucho menos hubo incienso, oro y mirra. Y por supuesto, ¡los 3 reyes magos NO EXISTIERON! Lo de los reyes fue otro cuento capitalista-golpista-fascista inventado para que todo el mundo gaste más en regalos. Más nada. Tú sigue como borrego gastando tu plata el día de reyes. ¡Qué bien lo haces!
  • Dar el “feliz año” tres semanas después de que el año nuevo comenzó. El hipócrita deseo que damos de “feliz año nuevo” sólo se debe dar el 1° de enero. Darlo más allá de ese día es una muestra exagerada de falsedad e hipocresía. Y todavía hay personas que en marzo te dan ese efusivo, con abrazo incorporado, “¡feliz año, vale!”. Gente que ni te ve, ni te trata nunca, nunca te llama ni te hablan, ¿y ese día te desean lo mejor del mundo? ¿Vecinos que evidentemente no te quieren pero que ves entrando a tu casa al “sonar el cañonazo” para abrazarte? Me perdonan, pero yo no me presto para tanta hipocresía. Soy alérgico.
  • Los globos de los deseos. Esta es una nueva tradición que rápidamente adoptaron los descerebrados a los que les gusta quemar su dinero o lanzarlo al infinito y más allá. Esos inútiles globos que más de un incendio han ocasionado, no son nada baratos… ¡Y por favor! ¿En serio crees que escribiendo tus deseos y enviándolos en un globo, éstos se te van a cumplir? ¿Qué te pasó? ¿Dónde dejaste el cerebro?
  • Mamitis aguditis. Antes de explicar lo que aquí pienso, debo aclarar que mi mamá no está viva. Pero no por eso opino lo que opino, ya que mi opinión estaba bastante forjada ya aún antes de ella morir. Lo cierto es que a las personas les entra una mamitis (que no es más que sentimiento de culpa) irrefrenable, enfermiza. Se matan por llegar a casa de la mamá justo cuando “faltan 5 pa’ las 12”. ¿Para qué? ¿Si el resto de los 363 días (El día de la madre hacen la misma estupidez, aprendan a restar) la tratan mal o ni la visitan? He visto malos hijos que en vida NUNCA se acordaron de su mamá (o hasta del papá), pero luego en navidad y año nuevo sí van a llevarle flores al cementerio… ¿Ya pa’ qué?
  • Llorar. Hay gente que los últimos 10 minutos del año viejo se la pasan llorando. Bien sea porque recuerdan a sus muertos (los muertos, muertos están, ¿para qué llorarlos?), o porque se acuerdan de todas las cosas que hicieron mal o dejaron de hacer. Nunca he entendido muy bien esta pavosa manía, pero lo que sí es cierto es que a más de uno le ocurre. ¿Será que lloran por todo lo que gastaron en las webonadas para Navidad? ¡No lloren! El año nuevo es una festividad para estar alegres, de fiesta o acostados, descansando en sana paz con sus mentes y su conciencia. Sea como sea que lo pasen deben estar felices, no llorando…

Fíjense que no dije nada de la comida, ni de la música ni de los fuegos artificiales.
 
Amo comer, ya que la comida navideña es deliciosa toda. También adoro todos los géneros musicales y las gaitas, los viejos aguinaldos y la música navideña de la Billo’s, que de verdad es algo bonito y que me trae buenos recuerdos de personas especiales para mí en la Navidad.
 
Y no digo nada de los fuegos artificiales porque sencillamente es hermoso ver los espectáculos de luces en el cielo. No estoy de acuerdo con los padres idiotas que pretenden que sus hijos se distraigan con candela… o mejor dicho, les compran esas cosas y los dejan solos. Es muy peligroso. Pero cada quien mata a su muchacho o le jode la vida como mejor le parece ¿O no? Tal vez el año que viene escriba un post acerca de esto…
 
Probablemente después de leer esto me tildes de Grinch. Y debo aclararte 2 cosas: 
1) ME SABE A MIERDA LO QUE PIENSES DE MÍ
2) Sí, me gusta la Navidad, pero el hecho de que me guste no hace que dejen de ser una gran estupidez todos estos ritos/creencias que aquí menciono y que, verdaderamente, NO SIRVEN PARA NADA.
 
Si quieres saber mi opinión completa acerca de la estupidez de la gente en navidad, no dejes de leer un post que escribí al respecto hace algún tiempo: ¡QUERIDA NAVIDAD!
 
No nos extrañe que dentro de un par de décadas adoptemos también las costumbres navideñas asiáticas y turcas, con tanto chino y árabe que se ha venido a vivir a este país…
 
Y tú, ¿tienes alguna otra estúpida creencia/tradición/rito de fin de año que no haya yo mencionado aquí?

6 comentarios:

  1. De verdad que lo único que me interesaba de la Navidad cuando niño eran la comida y los regalos (sobretodo esto ultimo), del resto, absolutamente nada...

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  2. Saludos Camilo!

    Pórtate bien! Mira que después no te visita el Niño Jesús! jajaja

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  3. Gracias por leerme y por compartirlo en el grupo. Saludos!

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  4. Buenas anotaciones, también me parece que eres como ateo?

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