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jueves, 26 de mayo de 2011

La particular Fauna Laboral (Parte II)

Continuando con el post anterior, y compartiéndoles el arduo, extenso y exhaustivo estudio realizado por mí acerca de los muy diversos personajes que nos conseguimos en los lugares en los que trabajamos, les traigo la 2da y última parte de esta singular fauna:
  • El feo: O también la fea, no pueden faltar! La oficina no estaría completa sin estos personajes. Los “Mostricos” excepcionalmente “diferentes”, que se ganan apodos de todo tipo, nadie quiere bailar con ellos en las fiestas de fin de año de la empresa y mucho menos salir en una foto junto a ellos. Son otros integrantes del grupo de los “Buena gente”, aunque más de una vez he visto a unos cuantos feos y feas más pesados que una patada en una bola. Generalmente una de estas feas personas es quien más valiosa resulta a la hora de ayudarnos a realizar alguna labor, entregar algún informe o cumplir con algún trabajo especial asignado, y es allí cuando realmente nos damos cuenta de que hemos sido injustos con las burlas y los comentarios. Pero así somos, no?
  • El sabelotodo: Son los servidores humanos de toda empresa. Centros de información, de datos confiables, reales y fidedignos. Si deseas saber de algún procedimiento, cuadro estadístico o fecha de la empresa, lo mejor es acudir a esta gente. Hay que estar pendientes, pues hay dos versiones: El sabelotodo que SÍ SABE y el sabelotodo que CREE QUE SABE (y hace creer a los demás que sabe). Desgraciadamente la única manera de poder diferenciar entre uno y otro es a través del ensayo y error. Si acudes a este personaje y la data que te proporciona resulta ser completamente errónea e inútil, ya sabes que hay que descartarlo. Es necesario aliarse con los sabelotodos de tu lugar de trabajo, pues siempre vas a necesitar de ellos.
  • La descarada: Calentonas y morbosonas por naturaleza y muy parecidas a la secretaria bicha, a la chula y a la santurrona. Reúnen un poquito de cada una, así que no es de cualquier cosa de lo que estamos hablando. Son las que hacen LO QUE SEA, con tal de obtener lo que quieren dentro de la empresa: Un ascenso, un cargo, una mejor ubicación, un reconocimiento o un simple capricho. Estas trepadoras de manera ABIERTA y descarada te dirán lo que necesiten de ti. Saben como calentarte la oreja y llamar tu atención con conversaciones “picantes” y jueguitos de “doble sentido”. Queda de ti saber cómo defenderte, cómo reaccionar y qué argumentar cuando te enfrentes a ellas. Cómo las reconoces? Por los ojos! Te traspasan con los ojos, de cara muy expresiva y deshinibidas al hablar. La pena no existe en su léxico!
  • El Don Juan: Se conocen TODOS los hoteles de la ciudad y te pueden dar un informe amplio y detallado de su ubicación, características, precios y hasta de las películas porno que transmiten. También tiene sus dos variantes: El tipo que “Marea pero no las mata”, que dice que TODAS han pasado por sus “armas”, pero realmente no es así. Y el tipo que “Se ha comido a media corporación” pero nadie lo sabe. Este sí es el verdadero Don Juan. Cómo diferencias a uno de otro? El más bocón, el que le echa los perros a todas, el que es un galán de radio y siempre trata de impresionar con su ropa, zapatos, viajes, compras y perfumes caros, ese es el bocón. Del otro, del calladito, es del que tienes que cuidarte.
  • El reposero (o la mamá embarazada o en lactancia): Si eres supervisor o jefe dentro de tu lugar de trabajo y tienes a este tipo de empleado, sabrás que odiarlos no es suficiente, pues no basta con esto, sino que también tienes que conocer un poco la Ley del Trabajo para que no te vean la cara de pendejo. Son un mal creciente, duradero y muy común dentro de la vasta zoología laboral. Consiguen siempre un reposo firmado y sellado, un papelito validado por los médicos cubanos o un informe redactado con letra indescifrable que te indica que no se reintegrará al trabajo sino en 6 meses más. Cuando tienes a una empleada que lacta y tiene que trabajar sólo 4 horas y además te enteras de que tienes también a 3 empleadas más embarazadas (que pronto estarán de reposo pre y post natal), y trabajas en una línea de producción, sabes a qué me refiero. Es ese tipo de gente que por una gripe, un dolor de cabeza, una caries o un gas atravesado ya se quieren ausentar del trabajo y piden una semana de reposo, teniendo el más pendejo (o sea, TÚ!) que hacer su trabajo. Contra este tipo de ronchas no se puede luchar, pues es un problema de actitud, de idiosincrasia (flojos) y de leyes, con lo cual no es tan fácil enfrentarse. #Paciencia}
  • La Sra. del aseo esotérica: Si no es una Sra. de limpieza, puede ser un mensajero, un portero o un vigilante, pero lo que sí es seguro es que nunca falta esta persona que te recomienda “truquitos” para amarrar a los novios, para mantener el trabajo, para dominar al jefe, para atraer mujeres, para ser más viril, etc. La lista de conocimientos en “ciencias ocultas” de estos personajes no tiene límite. Conocen el horóscopo, en todas sus variantes, por lo que también juegan loterías, caballos, bingos, kinos y toda suerte de juegos que los hagan millonarios de la noche a la mañana… pero siempre andan pelando! Sus consejos son divertidos, sobre todo si ves que nada de lo que recomiendan les ha servido a ellos.
  • El hipócrita e interesado: Es aquel que nunca te saluda, ni te habla, de hecho, muy probablemente ni sabe tu nombre, le caes mal y muy probablemente hasta en muchas ocasiones ha hablado mal de ti, pero cuando necesita una información de tu puesto de trabajo o área de influencia allí sí te trata a las mil maravillas. Basta que le proporciones la información en cuestión, para que otra vez vuelvas a quedar en el mas profundo de los olvidos. Ten siempre presente algo: A este tipo de compañero de trabajo hay que pagarle con la misma moneda… y no sufras por eso! Él o ella es tan importante para ti como el chicle que se te pega en la suela de tu zapato… #Nulos.
  • El mal educado: Muy parecido al hipócrita, con la diferencia de que este no te saludará no porque sea hipócrita, sino simplemente porque ES UN MAL EDUCADO y en su casa no le enseñaron modales. Son los que llegan, pasan, salen, agarran las cosas y no piden permiso, por favor ni dan las gracias. Rapidito los neutralizas cuando les dices: “Que por favor te imprima qué?” , “Que por favor te dé un permiso para pasar a donde?”. Cuando hagas esto un par de veces, y a viva voz delante de otros, ya sabrán a qué atenerse contigo. Que sean animales con los demás, pero no contigo!
  • El buenote/La sabrosota: Son los “mírame pero no me toques” del lugar. Cuerpo esbelto de gimnasio (o por operaciones y “retoques”), cabello y dientes impecables, ropa y teléfonos caros. Antipáticos, secos, vacíos y simplemente personas insípidas que están allí cuando menos falta hace tropezarse con personas así. Son aquellos con los que hay que pensarlo dos veces antes de visitar su puesto de trabajo o dirigirse a ellos, pues su cara agria y nariz respingada de verdad que molestan. Estos, al igual que el hipócrita, acudirán a ti cuando necesiten algo, e inmediatamente después te olvidarán. Son los que te dejan con el saludo en la boca, pero los que salen en todas las fotos de la fiesta de fin de año de la empresa y participan en todos los eventos sociales, cursos, charlas o convenciones de la compañía. Para tratar con ellos y que te acepten, hay que ser como ellos: Barbie o Ken. Son los sifrinitos-faranduleros que viven en su mundo plástico particular.
  • Dios (el dueño o chivo que más mea): O por lo menos eso se creen muchos de ellos. Hay gente que por tener una empresa, o ser el jefe/gerente de algún lugar, ya creen que son la tapa del frasco. Esto los hace tener unas actitudes estúpidas para con el trato a sus “colaboradores”. Son los que nunca ves cuando llegan, nunca saludan al llegar, todos les temen pero todos se ríen de sus chistes malos y de sus comentarios pesados. Pero hay que tener en cuenta algo: Lo único que los diferencia de ti es que tienen más cifras que tú en su cuenta bancaria, de resto, son completamente iguales a ti: Se equivocan, tienen miedo, sufren, se ríen y se enferman como tú. No los endioses, pues no son nada especiales. Se merecen un respeto, pero hasta allí; además recordemos que el respeto SE GANA! No se impone. Les encanta que les jalen bolas, y muy probablemente sean los culpables de la existencia de la especie que leerás a continuación.
  • EL JALA BOLAS (pajúo, sapo, jalete, chupamedias, lamebotas, etc): De último y en mayúsculas, no en vano es el más popular, mentado, odiado y eternamente presente en cualquier trabajo o empresa, por pequeña que esta sea. Los Jaletes son como las cucarachas de las empresas, pues soportan cambios de gerencia, movidas de mata y cortadas de cabezas. Sobreviven a los holocaustos empresariales y siempre están allí (al igual que las cucarachas reales) con sus actitudes jalabolísticas para con el jefe, eternos aduladores y perfectos cumplidores de las normativas de la empresa, con sus sonrisas perfectas, “sinceras” y bien disimuladas. Expertos en hacerte quedar mal con tu jefe o con tus demás compañeros. Maestros en la puñalada trapera y en decir: “Fue un malentendido”, si son descubiertas sus verdaderas intenciones. He trabajado en lugares en los que desde los jefes intermedios hasta los choferes de los camiones eran cucarachas-jaletes, y de verdad que trabajar en lugares así DA ASCO. Qué hacer contra estos seres? (que de paso, se reproducen en un abrir y cerrar de ojos!) Primero que nada, aliarte con ellos (esto no significa ser como ellos), porque recuerda que para poder enfrentar al enemigo, debes saber todos sus movimientos y puntos débiles; y en segundo lugar debes cubrirte muy bien las espaldas, si las puedes blindar, mejor! Con este tipo de gente nunca se sabe lo que pueda pasar. Yo hasta llegué a perder un par de trabajos alguna vez por mi inexperiencia y por no saber como lidiar con esta plaga. Pero de algo me sirvió!

Mi experiencia me dice (y ya debes haber visto que no es corta, por cierto) que el jefe perfecto NO EXISTE, y por ende, ni la empresa ni el trabajo perfecto TAMPOCO! En todos lados te encontrarás con alguno de estos personajes (o todos), a veces más, a veces menos, pero es indudable que allí estarán, para amargarte, hacerte reír o sufrir; todo depende de cómo te mimetices con ellos, aprendas, sepas vivir (o sobrevivir) y trabajar con su eterna presencia.

Si añoras ese trabajo y jefe perfecto, MONTA TU PROPIO NEGOCIO!

Y si alguno de mis amables lectores cree o considera que me faltó incluir a algún personaje o conoce a algún otro que no esté en esta lista, deje su comentario y compártalo con nosotros… #Instrucción1X1

BTW, en tu trabajo, cual de los personajes arriba mencionados eres tú?

4 comentarios:

  1. Bueno brodercito, decir q me meo por la forma en q escribes es redundar... sabe q es de mis favoritos... El post no tiene desperdicio, es un complemento exacto a su predecesor! deberías concluir con una trilogía!
    Lo felicito de corazón!

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  2. jajajaja gracias diego! no había pensado en una tercera parte... pero ahora que lo mencionas... ya como que estoy viendo qué mas puedo exprimirle al tema... yo trabajo con unos especímenes que ni te cuento... jajajaja

    saludos!

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  3. Interesante articulo, solo quisiera realizar una observación no todas las q estan embarazadas o lactando somos unas flojas... he trabajado en empresas con cargo exigentes donde pierdes hasta la vida social y soy madre... los embarazos no han sido excusas sino una razon mas para trabajar muy arduo... enrriqueciendo corporaciones extranjeras y llenado de infulas jefesuchos q en muchos casos no tienen ni la mitad de idea del trabajo q uno hace... en fin no siempre los empleados son la llaga... hay cada jefesito!!!!

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  4. Claaaro! estamos de acuerdo!

    es de parte y parte! hay de todo en esa gran fauna laboral!

    jejeje, gracias por leerme!

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