Siempre pendiente del enriquecimiento lingüístico de los lectores y seguidores de mi blog y redes sociales; y del intercambio de conocimientos tan valioso y necesario en estos tiempos, esta vez quiero traer ante Uds. esta breve disertación acerca de un tema que anda en boca de todos y que se ha vuelto muy común en nuestra “jerga digital”.
Chancear es un término que se ha puesto muy de moda en las redes sociales. Realmente no es un verbo nuevo, sino más bien un sinónimo de la actividad más vieja del mundo: EL COQUETEO. Porque no me vengan a decir que la serpiente no le chanceó a Eva, y esta cayó redondita en la trampa del subrepticio Satanás… ¿No?
Así pues que, señores, el primer chancero del planeta fue una serpiente. Y es por esto que esta rastrera actividad siempre es mal vista por los afectados (cabrones), religiosos (frígidas e impotentes) y resentidos del libre albedrío humano (introvertidos).
Una vez finalizada mi breve clase de historia, religión, sociología y antropología, entremos de una vez en materia, para así orientarlos en su constante navegar por la web, los foros, los juegos on line, las redes sociales, los mails y toda aquella interacción 2.0 (y claro que también 1.0) que pueda ser propicia para la puesta en práctica de esta ancestral pero nunca bien ponderada actividad: CHANCEAR.
Primero que nada, definamos CHANCEAR: Chancear, como su nombre lo indica (inserten aquí tonito de diccionario Larousse), es una actividad llevada a cabo por UN CHANCERO de cualquiera de los 4 sexos, (que son, a saber: El masculino, el femenino, el transexual y el religioso; porque los religiosos también follan, ¡Y MUCHO!) con la intención de llegarle, acercarse, coquetearle, parecerle interesante, tantear el terreno, echarle los perros, buscarle pelea, flirtearle, pelarle el diente, echar una cana al aire, etc. a otra persona, sea o no del mismo sexo; con variados intereses, que van desde la atracción sexual, la soledad, la curiosidad, la mariconería, la putería, la diversión, el interés comercial, laboral, tecnológico, financiero y/u/o cualquier otra razón de peso para el CHANCERO y que este desee conseguir en, con o a través del CHANCEADO u objetivo de sus oscuras y misteriosas intenciones.
Es importante destacar que hay varios tipos de chanceros (pueden ser indistintamente de cualquier sexo, como ya indiqué y hago énfasis en este apartado porque pese a lo que muchos puedan pensar, esta actividad no es sólo propia de los hombres) y que estos, según su clasificación, siguen más o menos un mismo patrón de comportamiento durante sus “sesiones de pesca”. Entre los tipos más reconocidos e importantes de chanceros tenemos:
El chancero tira la piedra y esconde la mano. (Mosquitus muertus). Es el más común de todos. Todos (me incluyo) alguna vez hemos sido así. Hace comentarios picantes, tira puntas, hace preguntas pero trata de no “dejar evidencia” de su “travesura”. Es que el que menos puja echa una lombriz y quien menos uno piensa ha chanceado, así sea a la conserje del edificio.
El chancero descarado. (Caradurus máximus). Este tipo de chancero NO CREE EN NADIE. No respeta anillo de matrimonio, estatus de Facebook, edad, mes de embarazo, cercanía de la pareja propia o de la chanceada, rango, raza, cargo, idioma, en fin. Son los propios Don Juanes y tienen una labia que hipnotiza.
El chancero tímido o newbie. (Párvulus engañosus). Es aquel que por mensaje de texto, Twitter, chat o cualquier otra vía de comunicación que no sea la personal dice y hace de todo, pero que en persona es UN TOTAL FIASCO. Duran poco siendo así, pues rápidamente evolucionan a otra especie de chancero, sin dejar de ser un fake. Por lo general son adolescentes o personas con una autoestima bajo cero.
El chancero tecnológico. (Plaguis extremis). Es la especie de más rápido crecimiento hoy en día. Crecen a la par de las nuevas tecnologías de comunicación, redes sociales e internet. Parecen ser (a veces es pura apariencia) expertos en los temas tecnológicos, informáticos y de Social Media. Por los general son Tukkys (de los cuales pronto escribiré un post).
El chancero selectivo. (Selectum cazadorus). Ataca sólo a aquellos que tengan gustos e intereses en común con él. Si te gusta la cocina marroquí y por casualidad te consigues con un chancero que también ama esta actividad, ¡BINGO! ¡Salió tu número! Te lo ganaste. Tendrás ahora que demostrar que te gustan otras cosas para quitártelo de encima, a menos que te guste la guachafita.
El chancero #ForeverAlone. (Hermitañus rezagadus). El cual nunca pega una, nadie le para, todos lo ignoran (por feo, bobo o porque definitivamente es tarado o aburrido) y siempre se queda solo en su casa disfrutando de un agradable #FapFapFap. Este es el tipo de chancero que visita páginas de encuentros y búsqueda de pareja o cuentas de Twitter para gente como ellos, tales como:
@otroamor,
@LigandoAndo o
@ligarsinpagar, entre miles que pululan por la web.
El chancero poetwitero o filósofo de facebook. (Ridículus mayúsculus). Es ese chancero que ataca con frases rebuscadas y poesías baratas, tratando de ablandar corazones y de ganar reconocimiento con frases de Einstein, Paulo Coelho, Arjona, Churchill, y cuanto personaje famoso y pensante puedas imaginar. Fácilmente los reconoces al leer frases que evidentemente ellos NO PODRÍAN PENSAR SOLITOS.
El chancero oportunista. (Cizañerus notorium). Es aquel que aparece justo cuando se entera que terminaste con tu pareja y empieza con el acoso. A veces es el mejor amigo de tu pareja o se encuentra en tu círculo de amigos, pero apenas se entera de que entre Uds. existe alguna crisis, discusión o ruptura, aparece para tentar, mal poner a los demás y ver qué consigue.
El chancero consolador. (Lamentus intrépidus). No, no hablo del mejor amigo de las damas, sino de aquel chancero que anda en constante caza de personas despechadas, tristes y desconsoladas por alguna ruptura amorosa o fracaso personal. Si andas depre y de repente te envían un DM que dice: “Tranquila mi cielo, eso pasa, podemos salir a bailar y tomarnos unos tragos para que te sientas mejor”, ya sabes a lo que te estás enfrentando.
El chancero “Estrato A” o Clase Alta. (Stratus excelsium). Es aquel que porque tiene un apellido reconocido, un papá con plata o una mamá famosa, se cree que tod@s quieren con él. Usa su “billete”, su posición o sus lujos para impresionar. Por lo general son pobres diablos que no tienen otra cosa que hablar que de su posición social y su dinero.
El chancero supervisorio. (Patronus fornicatum). Es aquel que en un trabajo, oficina u organización se encuentra uno o más escalafones por encima de ti, y se vale de esa posición para el chanceo. Es uno de los chanceros mas peligrosos, pues todo acabará mal y muy probablemente uno de los dos se tenga que ir de ese empleo… y la cuerda siempre revienta por lo más delgado. ¡Cuidado!
El chancero asalta cunas. (Irruptio cunae). Es aquel que siente predilección por criaturitas de menor edad. Este tipo de chancero es de los más bajos y básicos que hay, pues se vale de la inexperiencia de sus víctimas para lograr sus objetivos.
El chancero coje viej@s. (Vejestorium lascivius). Su nombre lo dice todo. Es aquel que siente predilección por las momias y los museos, las hemerotecas y las bibliotecas de libros mohosos. Le encanta todo lo que huele a viejo y a rancio, por lo que las arruguitas y las canas son lo suyo. Por lo general los reconoces porque usan de ringtone en su celular al famoso y conocidísimo “Caballo Viejo” de Simón Díaz. (O si estás clara en que ya no eres una quinceañera y el chancero en cuestón, muchísimo menor que tu, te ataca con vehemente insistencia).
El chancero quesúo. (Morbosus extremus). Es ese que cuando te habla parece mata de lechosa o mango verde recién cortado. Su estrategia es hablar de sexo, preguntar de sexo, alardear de sexo y comentar de sexo. Como el sexo vende, el sexo atrae y todos pensamos en sexo, obviamente que este tipo de chancero escoge el camino más fácil para llegar a su presa. NO RECONOCERLOS DE INMEDIATO es imposible.
El chancero laboral. (Caninus malucus). En todo lugar de trabajo siempre hay alguien que quiere con tod@s o que apenas llega un personal nuevo a trabajar, se le pega como mosca. Es un chancero con el que hay que aprender a convivir todos los días, a tal punto de llegar a acostumbrarte a él y hasta agarrarle cariño. Son inofensivos, la verdad.
El chancero chulo. (Mamandinis constantis). Es aquel que busca una retribución (económica) por parte de sus chancead@s. Por lo que siempre apunta a buscar gente con plata, viejos con billete o viejas vagabundas y explotadas. Son los propios Gigolós o Divas gasoliner@s que prefieren víctimas con carro para que los saquen a comer y a pasear.
El chancero ordinario. (Brutus obtusus). Es aquel que tiene el tacto EN EL CULO. Ataca y acosa de una manera tan ordinaria y soez, que lo que da es vergüenza. Este tipo de chancero es una variante del chancero #ForeverAlone, pues con tal carencia de sutileza sólo logra conseguir presas verdaderamente desesperadas y necesitadas de afecto y atención (feas, obesas, solteronas y así), que muy probablemente le proporcionen amor por una noche o un ratico nada más.
El chancero del transporte publico. (Onerariam pegostosus). Es aquel que en el bus, en un avión, en un viaje largo, en un paseo en tren o cualquier otro medio de transporte urbano u sub urbano te lo consigues presto a chancearte. Incluso puede ser hasta el chofer del taxi o el piloto del avión; uno nunca sabe. Lo que sí es cierto es que esta especie prefiere este tipo de encuentros furtivos y ocasionales, y siempre aparecen cuando menos te los esperas.
El chancero camaleón. (Personalitis nulis). Es aquel chancero que no posee personalidad propia y para acercarse a su víctima, finge gustarle todo lo que a ésta le gusta. Si te gusta el cine japonés, muy seguramente este chancero fingirá ser un experto en manga, animé, hentai y todo lo que suene a sushi. Si te gusta la música tecno, el camaleónico chancero dirá que es todo un ecléctico conocedor del drum & bass, house, DJ’s de moda y locales nocturnos. Este tipo de chancero es fácilmente reconocible porque tarde o temprano su total carencia de personalidad lo delatará.
Con el resurgimiento de estos nuevos términos en la 2.0, nuestro lenguaje se va enriqueciendo cada vez más y más. Por ejemplo, es gracias al CHANCEO que nacen los #ForeverPaloDegua, que no son más que aquellos chanceros 24/7, o sea, pendientes de un chanceo todo el día, todos los días y por cualquier medio que tengan para comunicarse, y que además poseen una consigna que reza así: “Todo lo que se mueva es cacería”.
También, gracias a la diversificación de los chanceros, nacen sub géneros, como el de los Chanceros STALKERS o STALKEADORES. De este tema estaré hablando en un próximo post.
Chancear es una actividad de tanta relevancia en las redes sociales que hizo nacer el término Twitter Crush (o Crushers), que no es otra cosa que UN EMPATE DIGITAL, virtual pues.
¿Cómo te quitas a un chancero de encima? ¿Cómo evitas que te chanceen? La respuesta unánime para ambas preguntas es TODO DEPENDE. Pues no hay una fórmula fija, exacta y definitiva para que esto suceda. Todo dependerá del chancero, de su empeño e insistencia, no de ti.
¿Es bueno o malo Chancear? La respuesta es la misma: DEPENDE. A todos nos gusta que nos cortejen o nos digan cosas agradables aunque sea una vez en nuestra vida, sean mentiras o no. Todo dependerá del feeling que tu chancero te inspire, y de si le sigues o no el juego.
Ya para terminar y para que vean que la profesión más vieja del mundo NO ES LA PROSTITUCIÓN, sino CHANCEAR, los dejo con una lista de los chanceros más prominentes de la historia de la humanidad, entre los que tenemos:
Satanás (el primero de la lista, y ya antes mencionado), quien en forma de serpiente, chanceó a Eva, esta se comió el cuento (y la manzana también) y arrastró en su estupidez al pendejo de Adán.
Dalila, que chanceó a Sansón, este se quedó dormido, le cortaron la melena, y este arrecho por tal afrenta, tumbó un templo con un gentío adentro. (Este es conocido como el primer acto terrorista – suicida de la historia, y todo por un chanceo).
María, “La Virgen”, la cual luego de quedar embarazada le dijo a José que estaba esperando un hijo “por arte de magia”. José, luego de maldecir mil veces por haberse conseguido una pareja evidentemente chancera, se la llevó bien lejos a parir para evitar el chalequeo. #CachoChancero
La zarza ardiente, que le chanceó a Moisés para que este se fuera a la montaña a buscar unas tablas, con unos mandamientos que los religiosos usan a conveniencia cada vez que les da la puta gana.
María, “La Magdalena”, que era una prepago de la época, y chanceó con Jesús. Pero los alcahuetes de los discípulos fingieron amnesia colectiva y no reflejaron nada del jujú entre ellos en sus evangelios. Obvio que Jesús era de carne y hueso, y también se le paraba. (Fue aquí donde nació el verbo ALCAHUETEAR, producto de un chanceo).
En Sodoma y Gomorra todos chanceaban con todos y ya sabemos lo que les pasó…
Homero escribió su famosa obra “La Ilíada”, inspirado en un chanceo. Paris chanceó con Helena, casada con Menelao, se escaparon juntos #YAhíEmpezóElPeo. Se metieron los Dioses, los Semi-Dioses, hubo matazón, caballos gigantes y hasta una película hicieron de este chanceo épico.
Cristóbal Colón, que chanceó con la Reina Isabel de España y como esta no le paró pelotas por ser un pela bola que hablaba como panadero, decidió irse a navegar por el mundo con unos presos; hasta descubrir América y llegar a tierras colombianas, para posteriormente inventar el vallenato, la música para los chanceros que a su vez los dejan por otros chanceros.
Manuela Sáenz, que le chanceó a Bolívar (enano, viudo y afeminado pero con billete), y este decidió libertar América para demostrarle su hombría a su chancera favorita. Al final murieron solos, pobres y lejos el uno del otro. Moraleja para los que lo dejan todo por un chanceo repentino y furtivo.
Marilyn Monroe, que chanceó con los políticos más prominentes de su país y sabía tanto que la mandaron a dormir pa’ siempre. ¡Una chancera que sabe mucho SIEMPRE ES PELIGROSA!
Yoko Ono, que chanceó con John Lennon y acabó con una de las bandas más emblemáticas de la historia de la humanidad. Los chanceros a veces logran acabar con empresas, empleos, noviazgos, hogares y con todo lo que se propongan, si el “chanceado” es un bobo, claro está.
Bill Clinton, que chanceó con una pasante, esta sucumbió a su poderosa labia y se lo mamó. Pero Clinton, por el apuro, no le hizo la cosa bien a la pasante y “lo echó afuera”, dejando pruebas del hecho y desatando el mega escándalo.
O.J. Simpson liquidó a su esposa por chancera. Y nunca nadie pudo demostrar su culpabilidad.
Dicen las malas lenguas que a Michael Jackson le gustaba chancear con niños. Nunca sabremos la verdad.
Sarah Connor era perseguida por un Terminator que quería evitar que ella chanceara con el que sería el futuro padre de su hijo, y que posteriormente fuera el líder de la resistencia contra la rebelión de las máquinas. El chanceo fue inevitable y dio para 4 películas más.
Por culpa del chanceo incesto entre Aureliano Babilonia (sobrino) y Amaranta Úrsula (tía), nació un niño con cola de cochino en el Macondo de 100 años de Soledad. Se lo comieron las hormigas y luego vino un huracán que acabó con lo que quedaba del pueblo. #PavaChancera
En Venezuela tuvimos un presidente que chanceó con su secretaria, y esta tuvo tanto billete que hasta un día tuvo que declarar en una entrevista que “ella era honrada y que gracias a su sueldo, todos sus gastos, lujos y viajes estaban CUBRIDOS…”. Luego se supo que esta misma chancera habría comprado su título de abogado en una reconocida universidad del país. #ChancerasAnalfabetas
Ricky Martin se destapó y declaró que aunque a él durante muchos años lo acosaron las chanceras, lo que a él realmente le gustaba todo este tiempo era LOS CHANCEROS. #HomoChanceo
Ricardo Arjona, el maestro indiscutible de la música para chanceros, ha escrito obras maestras de la música chancera, tales como “Historia de un taxi”, “Señora de las 4 décadas”, “Dime que no” o “Ella y Él”, entre otras.
Shakira era una niña bien que hasta andaba de Pies Descalzos, pero luego la fama y el dinero la hicieron una chancera de primera. Dejó a De la Rúa por andar de chancera con Piqué y ahora anda Loca y Rabiosa.
Y la lista de personajes y artistas famosos de todos los tiempos que han sucumbido a esto del chanceo es interminable.
Más recientemente, el chanceo desmedido y la descomposición social desencadenaron en la invención, diversificación y auge del reggaetón. Himnos como “La Gasolina”, “La Batidora” o “Rakata” son coreados por los chanceros que se entregan al frenesí de este explícito género musical.
Y es que en todos lados están los chanceros. Donde tú menos lo esperas, allí está un@ esperando por ti. En panaderías, supermercados, funerarias, salas de espera, terminales de pasajeros, autobuses, aviones, barcos y toda la Internet siempre habrá ojos puestos sobre ti.
En una próxima oportunidad continuaré hablando acerca de este interesantísimo tema, por lo cual espero contar con sus valiosos aportes y comentarios en este post.
Y recuerden: Caras vemos, chanceo a nuestras espaldas no sabemos…